Esto es lo que ha dicho exactamente Monseñor Francisco César García Magán, Obispo Auxiliar de Toledo y Secretario General de la Conferencia Episcopal Española:
García Magan, sobre el Valle de los Caídos.
El Gobierno de España manifestó hace años atrás la intención
de resignificar la Basílica y los espacios en torno del Valle de los Caídos,
incluida la desacralización de la Basílica y la salida de los Benedictinos.
Como saben ustedes, el pasado 11 de noviembre el Presidente
del Gobierno estuvo en el Vaticano, visitó al Santo Padre y tuvo un encuentro
también con el Cardenal Parolín. En ambos encuentros, el Presidente planteó la
resignificación del Valle, en ese
contexto de la Ley de Memoria Democrática. La Santa Sede entonces conoció, se le
informó, de encuentros que se habían producido a cuatro bandas, por parte de los
monjes de la Abadía, del Cardenal de Madrid, donde está sita la Abadía, y del
Presidente de la Conferencia Episcopal y del Nuncio Apostólico. Y ahí los
criterios compartidos siempre por este grupo de trabajo, monjes, Arzobispo de
Madrid, Nunciatura, Conferencia Episcopal, era que en primer lugar la basílica
tenía que mantenerse para orar por todos, por todos los Caídos, por la reconciliación
y por la paz; y segundo, la presencia de los monjes. Ulteriormente, el ministro
Bolaños, Ministro de Presidencia, Justicia, Relaciones con las Cortes, tuvo
también una visita a Roma, estuvo con el Cardenal Parolín, con el Secretario de
Relaciones con los Estados, Monseñor Gallagher, y también el planteamiento por
parte del Gobierno tenía como punto de partida en ese momento, la salida de la
comunidad benedictina y la desacralización de la Basílica. También estaba el
tema, aunque estrictamente no fue propuesta del Gobierno, la destrucción de la
Cruz que preside el conjunto monumental.
El planteamiento que trasladó la Iglesia al Gobierno, bueno,
el Cardenal Parolín, la Santa Sede, estableció que fuera el Cardenal Cobo el
interlocutor con el Gobierno, puesto que la Basílica se encuentra en el
territorio de la Archidiócesis de Madrid. El
planteamiento que trasladó la Iglesia fue, primero, la conservación siempre de
la Basílica y el mantenimiento del culto católico en el lugar, como lugar de
oración por la paz, la reconciliación y por todos los Caídos en la nefasta
guerra civil española. Segundo, la presencia de una comunidad monástica en el
lugar para la atención de la Basílica; y tercero, que la Cruz no se podía
destruir, pues es una expresión, no? Como estamos en Cuaresma… del amor, de la
entrega, del perdón, por parte de Jesucristo.
En este momento, lo único que está acordado, lo único definitivamente acordado, y esto
se ha sabido porque ha sido, una vez más, el Gobierno, el que ha filtrado este
proceso de diálogo, es que de ese planteamiento inicial, que pedía la salida de
la comunidad benedictina, está acordado que la comunidad benedictina sigue, la
permanencia de la comunidad benedictina en el Valle. Segundo, el mantenimiento
de la Basílica como espacio sagrado destinado al culto. Y tercero, el respeto a
todos los elementos religiosos situados fuera de la Basílica también.
Ahora bien, el Gobierno ha hablado de la resignificación.
Todavía no se conocen los extremos de esa resignificación ni tampoco los plazos
de tiempo ni de lugar.
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