18 de Julio en el Valle de los Caídos

 

El domingo 17, en la Basílica de la Santa Cruz del Valle de los Caídos se ha celebrado la Santa Misa con toda solemnidad, oficiada por el Obispo Auxiliar de Madrid, Monseñor Juan Antonio Martínez Camino, concelebrando con 4 monjes de la Abadía Benedictina, entre ellos el Prior, Dom Santiago Cantera Montenegro, y el Abad Emérito, Dom Anselmo Álvarez Navarrete.

El Movimiento Católico Español y Acción Juvenil Española convocaron a esta misa por ser la más próxima al día 18 de Julio, que este año, por coincidir en lunes, no se puede asistir al Valle de los Caídos porque permanece cerrado todos los lunes. Además, porque el Alzamiento propiamente dicho comenzó el día 17 a las 17 horas.

También se encontraban numerosos miembros de la Adoración Nocturna nacional que se dieron cita el fin de semana en este sacrosanto lugar.

El público llenó la nave central y las laterales del crucero. Varios cientos de asistentes.

Monseñor Martínez Camino incensando el Altar. En su homilía, del Evangelio sobre Marta y María, que representan el servicio a los demás y la adoración, la atención en el Señor, aseguró que los cristianos debemos tomar ejemplo de ambas figuras a la vez, la oración y la caridad deben formar parte de nuestras vidas. Como hacen también los monjes, "ora et labora", rezar y trabajar.

El cristiano, al unirse a Cristo, se hace otro Cristo y se diviniza, es capaz de grandes cosas con el Señor y así su trabajo no es estéril e insuficiente, es a la medida infinita de Dios mismo.

Tras la liturgia de la Palabra, los concelebrantes se acercan al Altar. En la imagen, el Abad emérito en primer término y el Prior más allá.

La Sagrada Comunión, recibida por muchos de rodillas y en la boca. En la foto, el lado posterior del Altar.

Tras la Bendición final, el Oficiante principal besa el Altar y se retira cerrando la procesión de los oficiantes.

Monseñor Martínez Camino se retiró bendiciendo. Fue Secretario de la Conferencia Episcopal Española y es una de las cabezas mejor amuebladas del episcopado español. Además, es jesuita y tiene una especial predilección por los mártires de los años 30 en España, de los que es un verdadero especialista. Su presencia en el Valle se interpreta como muy significativa en apoyo del lugar y de los monjes y escolanos, así como de los muchos fieles y de los familiares de los miles de sepultados en este lugar, ahora que se agudiza la perversa intención del gobierno frentepopulista y sus socios separatistas de profanar del todo este sitio y transformarlo radicalmente, o cerrarlo, o destruirlo.

Al finalizar la Misa, la joven Isabel colocó las 5 rosas simbólicas en la tumba de José Antonio, lo que fue acompañado de oraciones. También se rezó en el cenotafio de Franco.

Algunos de los asistentes no perdieron la ocasión de fotografiarse ante el Escudo Nacional, el auténtico y más glorioso. Y enseguida al bus fletado por MCE-AJE, para ir raudos al Arco de la Victoria.