Discurso de José María Permuy el 20 N 2021 en la Plaza de Oriente:
Camaradas.
Gracias a Dios hemos podido reunirnos una vez más en esta Plaza de Oriente para recordar y homenajear a José Antonio Primo de Rivera y a Francisco Franco.
Como sabréis, el Gobierno social-comunista que padecemos está tratando de aprobar una nueva ley de memoria.
La actual ley, la de memoria histórica, ha eliminado de los
espacios públicos los símbolos, monumentos y placas de las calles dedicados al Generalísimo Franco y a su obra.
La nueva ley de memoria democrática va un paso más allá en la persecución. Pretende castigar el ejercicio de la
legítima libertad de individuos y asociaciones, multando a los primeros e ilegalizando a las segundas, cuando los inicuos poderes públicos consideren que exaltamos la figura del Caudillo, la Cruzada o los logros de su régimen, en detrimento, según ellos, de las supuestas víctimas de la represión franquista.
El siguiente paso, probablemente, será el establecimiento
de penas de prisión para los recalcitrantes que nos neguemos a permanecer callados a pesar de las sanciones económicas.
Las leyes de memoria, a mi juicio, persiguen 4 objetivos.
El primero, calumniar y ofender al Generalísimo Franco y a sus colaboradores.
El segundo, reprimir a quienes seguimos recordándole con gratitud y defendiendo su memoria frente a los falsarios de la historia.
El tercero, que el pueblo español desconozca los motivos
que legitimaron la Cruzada de 1936 e ignore u olvide la trayectoria criminal del PSOE, del PCE y de ERC, es decir, exactamente los mismos partidos que hoy nos gobiernan o apoyan al gobierno, partidos que jamás han pedido perdón ni manifestado la más pequeña señal de arrepentimiento por los salvajes asesinatos y torturas que cometieron, sobre todo durante la II República y la Guerra, ni por el robo del oro y de los bienes privados del pueblo español que se llevaron a la Unión Soviética y a México para que sus dirigentes pudieran vivir a cuerpo de rey, mientras dejaban sumida en la pobreza, la miseria y el hambre a la población por ellos dominada en zona roja.
Pero el objetivo principal de las leyes de memoria es todavía más preocupante: tratar de evitar que, en el presente y en el futuro, nadie pueda instaurar en España
una alternativa política al gobierno social-comunista, al régimen de 1978, y al Nuevo Orden Mundial que, a marchas aceleradas, está intentando imponer el globalismo masónico.
¿De qué manera? Criminalizando los ideales, las creencias y los principios políticos, morales y religiosos que fundamentaron el Movimiento Nacional, el orden instaurado por el Generalísimo Franco a raíz del Alzamiento del 18 de julio 1936: Dios, Patria y Justicia.
Principios, que están en la base del pensamiento
nacionalsindicalista de José Antonio Primo de Rivera y de Onésimo Redondo, así como en la base del ideario tradicionalista carlista de Mella y de Víctor Pradera, entre otros. Principios que se inspiran en el Derecho Público Cristiano, en la Doctrina Social y Política de la Iglesia, y que hunden sus raíces en la ley de Dios, ley moral revelada y natural, que es inmutable, universal y eterna.
Por ello esos principios no solo no pueden perecer ni
caducar, sino que no pierden jamás su vigor, su virtualidad regeneradora de las sociedades. No son principios accesorios, superficiales o contingentes, sino necesarios para toda comunidad política rectamente constituida que pretenda cumplir el fin para el que ha sido destinada: el bien común de la sociedad.
Franco aplicó esos principios a la España que le tocó vivir, con sus avatares y circunstancias.
A nosotros nos toca volver a infundirlos en lo más profundo de la España actual, para que nuestra Patria vuelva a ser Una, Grande y Libre, digna de Dios; ejemplo, luz y ayuda para el orbe entero; comunidad de paz, amor y justicia social para todos los españoles.
Esto es lo que más teme el nuevo Frente Popular que hoy nos tiraniza. Que los principios fundamentales sobre los
que se asentó el Movimiento Nacional sean retomados, postulados e implantados nuevamente en nuestros días.
Por eso quieren criminalizar esos principios. Para que cuando alguna persona u organización pretenda defenderlos públicamente, en su totalidad o parcialmente, el gobierno social-comunista se lo pueda prohibir, alegando que son franquistas.
Así, si a alguna asociación se le ocurre pedir la
penalización del aborto, por ser un crimen abominable e intolerable, el gobierno frentepopulista dirá: no es posible, eso que predicas es una idea franquista. ¿Acaso no es eso lo que hizo Franco? ¿Ilegalizar el aborto y prohibirlo durante todo su mandato?
Y si algún partido propone la supresión de las autonomías
y la ilegalización de los partidos políticos el gobierno social-comunista le reprochará querer lo mismo que Franco y le acusará de exaltación del ideario franquista y de infringir las leyes de memoria histórica y democrática.
Y así con todo. Cualquier proyecto político o social que se
oponga en algo a lo políticamente correcto, a la mundialista Agenda 2030 o a los planes de socialistas, comunistas, separatistas y masones será tildado de connivente con el franquismo y desterrado de la vida pública. Incluso cuando los impulsores de esos proyectos no se declaren afines a Franco o sean indiferentes, o aun contrarios, al llamado franquismo.
Da igual. Las izquierdas y los globalistas, a todo el que se
oponga, aunque solo sea en parte, a sus inicuos planes, les van a aplicar el rigor de las leyes de memoria, por ser un fascista y un franquista.
¿No veis como ya ahora acusan de franquista y hablan de
ilegalizar a un partido español con representación parlamentaria que jamás se ha declarado franquista, ni exaltado a Franco, ni asumido lo mejor de los principios del régimen de Franco? Simplemente porque ese partido coincide con los principios que asumió Franco en alguna que otra cuestión. Y no siempre plenamente.
¡Qué equivocados están los que piensan que estas leyes
de memoria no afectan a la política del presente o son meras cortinas de humo para ocultar problemas más importantes!
Todo lo contrario. Nada es más importante para el presente y el futuro de nuestra Nación que resistir estas leyes sectarias que pretenden evitar toda alternativa a la actual tiranía, tanto en el ámbito nacional como internacional.
Debemos resistir. Debemos enfrentarnos al totalitarismo frentepopulista y globalista.
Pero no seamos ingenuos. Salvo un milagro, no es posible vencer a un adversario enfrentándose con armas desiguales.
No se puede ganar la guerra al Frente Popular y al
mundialismo con democracia, pacifismo y tolerancia. Entre otros motivos porque ellos no son demócratas, ni pacíficos, ni tolerantes. Ellos se aprovechan de la debilidad de sus supuestos oponentes democráticos para salir siempre impunes de sus crímenes y delitos y seguir adelante con su agenda diabólica.
El socialismo, el comunismo, el nacionalismo
secesionista, el laicismo masónico son ideologías intrínsecamente perversas, criminales y corruptoras de las almas y de las sociedades. Y como tales se les ha de tratar. Es necesario ilegalizar esas ideologías y los partidos y organizaciones que se inspiran en ellas. Es necesario pedir responsabilidades penales a los gobernantes, también a los centristas liberales, que desde la subida al cielo del Caudillo, han arruinado a España y masacrado a los españoles.
Camaradas. Si Dios con nosotros ¿quién contra nosotros? Conservemos la Fe, la Esperanza y la Caridad.
Imploremos la ayuda de Franco, de José Antonio y de todos los Caídos por Dios y por España para desbaratar los siniestros planes de la masonería, el socialismo, el comunismo y el separatismo y para que en España vuelva a amanecer, bajo la luz de Cristo, al amparo de su Cruz salvadora y redentora, signo de paz, justicia, armonía entre los hombres, amor a la vida, a la familia y a la Patria.
Camaradas.
¡Viva España! ¡Arriba España! ¡Viva Cristo Rey!
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