José Antonio
En nuestros viajes patrióticos hemos querido visitar algunos poblados del Instituto Nacional de Colonización, una inmensa obra de justicia social y redención del campesinado que simultáneamente saciaba el hambre del pueblo español, de los cuales se crearon unos 300, alojando a 55.000 familias, varios de cientos de miles de personas, con techo, dignidad y trabajo. Una obra tan relevante como poco conocida y que es preciso recordar.
Uno de esos pueblos lleva el nombre de José Antonio, el fundador de la Falange Española, y está situado en la provincia de Cádiz, cerca de Jerez de la Frontera, de donde era su padre y distrito por el que resultó elegido diputado en 1933 por una coalición de derechas y monárquica, aprovechando el mitin electoral de Madrid en el Teatro de la Comedia para fundar La Falange, pronunciando un célebre discurso.
La iglesia forma una bonita plaza cuadrada con el ayuntamiento, correos y otros edificios destacados. Además, en este caso, un hermoso jardín embellece y refresca el conjunto. De esta plaza salen calles perpendiculares y paralelas entre sí, formando el poblado, a semejanza de como hicieron los conquistadores españoles en el Nuevo Mundo. Llegaron a 1.000 habitantes, ahora son menos de 400.
La Barca de la Florida
El Río Guadalete pasa justo al lado y un bonito puente de hierro lo atraviesa.
El Parador de las Hortichuelas
Otro poblado del INC convertido ya en un importante núcleo de población, con más de 8.000 vecinos, aunque depende del Ayuntamiento de Roquetas de Mar. Esta zona, anteriormente seca y árida, se convirtió en un emporio de riqueza, con El Ejido como paradigma, produciendo 4 cosechas al año y convirtiendo a Almería en la principal provincia exportadora de agrios de España, dando de comer a media Europa.
El Instituto Nacional de Colonización
Entre los años 1945 al 1970, el INC construyó en España más de 300
pueblos de colonización que albergarían a unas 55 000 familias, hecho
que se convirtió en uno de los mayores movimientos migratorios
promovidos por el Estado español en el siglo XX.
Principalmente se asentaron en las cuencas fluviales, creando una estructura regional alrededor de los principales ríos: Duero, Tajo, Guadiana, Guadalquivir y Ebro. Muchos de estos pueblos tomarían su nombre del río del cual tomaba el regadío, seguido de la coletilla del Caudillo u otras referencias a Francisco Franco
Con la llegada de la democracia gran parte de estas referencias se
eliminaron, aunque aún perviven algunos de ellos, como Guadiana del Caudillo. Hay otros pueblos cuyo
nombre no deriva de un río como Llanos del Caudillo o Bárdena del Caudillo.
La construcción de poblados en su concepción y proyección se ajustaban a
un programa que tendía a la autosuficiencia y por el cual estaban
dotados de una serie de edificios que se agrupaban en torno a una plaza
principal y entre los que destaca especialmente la iglesia. Los pueblos
de mayor tamaño contaban además con dependencias para la Acción Católica
y una vivienda para el sacerdote. Junto a la plaza se encuentra el
edificio administrativo formado por oficinas de atención al público, un
despacho para el alcalde y el salón de sesiones, así como una pequeña estafeta
de Correos, el Juzgado, la vivienda del funcionario y un dispensario
médico. Solo aquellos pueblos de un tamaño medio o grande podían
disponer de una sala de cine que servía de igual modo como salón de
bailes. A veces junto a ella también se situaba un espacio abierto para
cine de verano. En la planta baja de este edificio de dos plantas, se
colocaba el bar y en la planta alta la vivienda del cantinero.
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