CONMEMORACIÓN
DEL 18 DE JULIO EN MÁLAGA
Con motivo de cumplirse el 83º aniversario del inicio de
nuestra Cruzada de Liberación (1936-1939), Fuerza Nueva-Andalucía y la
Fundación Nacional Francisco Franco celebraron en la localidad malagueña de Torremolinos
un acto de afirmación nacional que congregó a un importante número de afiliados
y simpatizantes y colaboradores de ambas organizaciones.
Los actos, que
estuvieron presididos por Juan León Cordón, presidente de FN Andalucía y Juan
G. Solano Heredia, delegado de la Fundación en Málaga, se iniciaron con el
homenaje a los Caídos: tras la entonación de “La muerte no es final” y el rezo
de una oración, tuvo lugar la ofrenda de
una corona de laurel, al pie de una cruz erigida en memoria de los que dieron
sus vidas por Dios y por España, que fue
portada por los dirigentes de las organizaciones convocantes.
Seguidamente tomó la palabra Juan León para dar cuenta de
diversos mensajes de adhesión al acto, recibidos desde distintas ciudades de
España e incluso de Hispanoamérica. Asimismo, dio lectura a unas palabras
enviadas para la ocasión por el Presidente de la Fundación Nacional Francisco
Franco, Excmo. Sr. General de División D. Juan Chicharro Ortega, cuyo texto
reproducimos en esta crónica [1]. Prosiguió Juan León su intervención con una
glosa acerca del significado del 18 de Julio, poniendo de relieve la plena
vigencia de los ideales que dieron vida a la Cruzada Nacional y la actitud de
los que, contra toda dificultad, hoy como ayer, permanecemos fieles a esos
ideales.[2]. Para finalizar se cantó el Cara al sol y se dieron los gritos de
ritual propios del acto.
La jornada prosiguió con el tradicional almuerzo de
hermandad. A los postres, se sucedieron diversas intervenciones, se realizó el
brindis legionario con la típica “leche de pantera”, se cantó el himno “El novio de la muerte” , finalizándose acto
con el Himno Nacional.
Hay que destacar la presencia entre los asistentes de una
representación de veteranos Jefes y Oficiales
de la Legión, así como de La Falange y del Movimiento Católico Español y
Acción Juvenil Española (MCE/AJE).
[1]MENSAJE
DEL GENERAL CHICAHARRO
Queridos camaradas: Hoy, 18 de julio de 2019, conmemoramos
una vez más la gesta de unos españoles que no quisieron ver morir a su Patria y
no dudaron en dar lo mejor de sí mismos:
su vida, por una España, Grande y Libre.
Su sacrificio no fue en vano: salvaron a nuestra Patria de
caer en manos del comunismo y con su victoria propiciaron una de las mejores épocas de la historia de España: La
Paz de Franco.
Si todos los años les recordamos, hoy, este recuerdo
reviste carácter especial ante la nueva avalancha seudomarxista que quiere
adueñarse de España y propiciar su ruptura.
Los intentos de exhumación de los restos del Generalísimo Franco
del Valle de los Caídos no son más que una batalla más en la que la FNFF junto
a la familia, a la Asociación del Valle de los Caídos y la Comunidad
Benedictina luchan denodadamente con todos nuestros medios para evitarlo.
Desde esta FNFF animamos a todos los camaradas a la lucha
por la dignidad del Caudillo y de nuestra Patria.
Con un fuerte abrazo,
ARRIBA ESPAÑA y FE EN LA VICTORIA
Juan Chicharro Ortega
Presidente Ejecutivo de la FNFF
[2] INTERVENCIÓN
DE JUAN LEÓN
Recientemente, con ocasión de la celebración del Centenario de la Consagración de España al
Sagrado Corazón de Jesús, aludiendo a las más que notables ausencias y
clamorosos silencios en tan significativa efemérides –ausencias y silencios de
las más altas jerarquías del Estado y también eclesiásticas - escribía nuestro admirado Eduardo García
Serrano: “El olvido es el bálsamo de los cobardes; el olvido es el vino de los
tibios”.
Gracias
a Dios, los que nos congregamos aquí en esta mañana para conmemorar el 18 de
Julio, no hemos recurrido a ese
repugnante remedio, ni nos hemos embriagado con esta pócima, porque no queremos
olvidar, ni caer en la tentación de la indiferencia o de la ingratitud:
-
porque fuimos, somos y seremos fieles a los
ideales que dieron vida a la Cruzada Nacional de Liberación;
-
porque
mantenemos vivo el recuerdo de nuestros héroes y de nuestros mártires a los que
acabamos de rendir el justo homenaje que la sangre vertida en defensa de la Fe
y de la Patria reclama de nosotros;
-
porque nos sentimos orgullosos de aquellos
falangistas, requetés y soldados que supieron dar la existencia por la esencia
e impedir que España sucumbiera bajo el yugo del comunismo antiteo y
antiespañol.
-
porque, por mucho que se empeñen los promotores
de la llamada “ley de memoria histórica”,
con la complicidad vergonzosa y vergonzante de una clase política de
cobardes y paniaguados, que a toda
costa están empeñados en borrar todo
vestigio de nuestra historia reciente; esa inicua ley, cuyo propósito no es
otro que el intento de sumir al pueblo español en la amnesia colectiva, no hará
mella en nosotros, sino que, por el contrario, nos encontrará más dispuestos
que nunca, siempre alerta, para defender la sagrada memoria de quienes nos
precedieron en el combate por Dios y por España:
Para
defender la memoria de los Caídos, del Capitán de Juventudes José Antonio y de
Francisco Franco, vencedor del comunismo, Caudillo de la guerra y de la Paz que
nos legó una España próspera, con orden, justicia, trabajo y libertad
verdadera.
Por
eso, esta conmemoración, después de
pasados tantos años, y aunque arrancada de calendario oficial y olvidada por
quienes fueron beneficiarios directos del estado surgido de la gesta
liberadora, cobra para nosotros plena actualidad por cuanto no sólo recordamos un
hecho histórico, de singular transcendencia para España, sino porque hacemos
nuestros los principios por los que el 18 de Julio fue, desde el punto de vista
bélico, alzamiento, guerra y cruzada y, desde el punto de vista social, raíz y
savia para la construcción del nuevo Estado que supo enderezar el rumbo de la
Nación hasta situarla entre las primeras potencias del mundo.
Un
Estado nuevo cuya doctrina quiso aunar
el pensamiento tradicional con el ímpetu revolucionario y restaurador de José
Antonio, promulgando una legislación inspirada en los fundamentos de nuestra Fe
Católica, al servicio del bien común , promotor de la economía social de
mercado y configurando lo nacional y lo
social desde la concepción del hombre como portador de valores eternos.
Esta
adhesión a lo que el 18 de Julio representa para nosotros en el tiempo
presente, supone la renovación del juramento de una dedicación hasta el fin en
pro de esta empresa irrenunciable que, a pesar
de cuantos quieran disolverla, sigue viviendo y se sigue llamando
España.
No
seriamos justos si, en ésta como en otras conmemoraciones, no tuviéramos un
recuerdo muy especial para quien ha sido hasta el fin de sus días el abanderado de la fidelidad al 18 de Julio:
Blas Piñar, el político sin tacha, el maestro, el jefe y el amigo, que hizo de
su vida un acto permanente de servicio a los ideales de Dios, Patria y
Justicia, trilema que condensa su magisterial doctrina.
Camaradas
y amigos, desde el recuerdo emocionado a los Caidos, a José Antonio, a
Francisco Franco y a Blas Piñar.
Por el altar y el hogar
Por la Fe y por la Patria
Por Dios y por España
¡Viva Cristo Rey!
¡Arriba España!
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