Con motivo del 13 de Mayo, cientos de miles de peregrinos han acudido a Fátima para celebrar el 106º Aniversario de las Apariciones de Nuestra Señora la Virgen María, Madre de Dios y Madre nuestra, a los pastorcillos Lucía, Jacinta y Francisco. En su inmensa mayoría, portugueses, pero también de toda Europa y de otros continentes, como se veía en las banderas que ondeaban y que participaron en la procesión, escoltando la imagen de la Santísima Virgen de Fátima.
Primero se rezó el Rosario, dirigido desde la Capelinha, sita en el lugar donde ocurrieron las apariciones.
Banderas en procesión y luego a ambos lados del Altar, junto a estandartes de cofradías, hermandades y asociaciones pías. El pueblo, corporativamente organizado, no disgregado en masa amorfa.
La imagen de Nuestra Señora de Fátima llega al Altar donde se celebró la Santa Misa, cantada "De Ángelis", presidida por el Cardenal Pietro Parolin, número 2 del Vaticano, Secretario de Estado. Junto a decenas de obispos y cientos de sacerdotes.
Y vuelve a la Capelinha entre cantos y flamear de pañuelos, aclamada por la multitud de fieles.
Parte del Kyrie "de Ángelis".
Tumba del pastorcillo San Francisco de Jesús Marco, en el interior de la Basílica de Fátima.Tumbas de Santa Jacinta de Jesús Marto y de Sor Lucía Santos, videntes de Fátima.
Pero no menos espectacular fue la tarde y la noche anterior, el día 12, cuando se celebró el Rosario de Antorchas, entre cantos y velas encendidas. También fueron cientos de miles los asistentes.Foto al final de la tarde, cuando aún no había llegado la multitud. Estaban cenando, que los portugueses cenan pronto. Por las sombras alargadas se nota que termina la tarde, que el oeste está a la izquierda y que la Basílica está al norte de la explanada.
A continuación, vídeos cortos con momentos de la ceremonia nocturna.
Un error curioso que no lamentamos.
Por error, portamos la bandera de Italia del tiempo de la República Social Italiana, con Mussolini, más conocida como República de Saló, donde tenía su capital, entre 1943 y 1945. Nos confundimos con la de Méjico, porque la cogimos doblada y se da la circunstancia de que ambos países tienen los mismos colores de la bandera, en el mismo orden, y un águila como escudo. Sólo se diferencian en que el águila de Méjico sujeta una serpiente y la de Italia un fasces romano, un haz de varas unidas terminada en hacha, que significa la fuerza de la unidad.
Queríamos llevar la de Méjico porque su portador es mejicano y por la Nueva España. Pero nos dimos cuenta del equívoco estando ya en la procesión, cuando ya no era posible rectificar. Por lo que decidimos seguir con la bandera italiana, habida cuenta de que fue el Régimen de Mussolini el que firmó los Pactos de Letrán con la Santa Sede en 1929, que permitieron la fundación del Estado Vaticano tal y como lo conocemos ahora, que ampara la independencia política de la persona del Romano Pontífice, al no tener que residir en ningún otro estado. Como además ese Régimen ayudó a la Cruzada Nacional de Liberación en España y luchó contra el comunismo, que fue el peligro del que nos advirtió la Santísima Virgen en Fátima, no era inoportuno que esa bandera desfilara junto a la Cova de Iría, quizá por vez primera en la historia.
A buen seguro que el Cardenal Parolin conoce todo esto. Y no parecía disgustado. También lo sabían camaradas italianos que nos saludaron por ese motivo y con los que hemos establecido una amistad.
GRANDES!!
ResponderEliminarARRIBA ESPAÑA
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