En Codo y Belchite, 85 años después.

 

85 años después de la Batalla de Belchite, un numeroso grupo de patriotas ha recordado el heroísmo de aquella lucha en la que cayeron 3.000 muertos, por los cuales se ha oficiado la Santa Misa, además de una ofrenda floral y la comunión con ellos en banderas, himnos y discursos.

La Misa se celebró en la entrada de la ermita del Calvario, en Codo, donde se sacrificaron más de 140 requetés del Tercio de Montserrat, junto a algunos falangistas, unión de sangre por una misma Causa que no puede dejarnos indiferentes. Los escasos prisioneros fueron fusilados por los rojos, sin respeto alguno por las normas de una guerra civilizada.

Convocados por la Hermandad Nacional de Banderas de Falange de Aragón, medio centenar de patriotas, de Zaragoza capital y provincia la mayoría, pero también de Huesca, Castellón, Barcelona, Gerona y Madrid, se congregaron alrededor de la ermita, unos a pleno sol y otros a la sombra. En medio, la Cruz de Hierro que en su día erigió la Confederación Nacional de Combatientes.

Tomó la palabra el camarada Josete, que hizo una evocadora y lírica semblanza de aquellos héroes que dieron su vida por Dios y por España.

A continuación, Eduardo, Jefe Provincial de La Falange de Zaragoza, que se felicitó por la unidad falangista que se va alcanzando e insistió en la necesidad de ser nosotros mismos, sin dejarnos seducir por otras ideas de moda y alternativas que parecen tener éxito, pero que sostienen ideas muy distintas de las nuestras, por lo que abandonar nuestras filas para engrosar aquellas es una deserción.

Por su parte, Félix, de la Vieja Guardia de Barcelona, reafirmó los ideales nacionalsindicalistas como plenamente vigentes y válidos para el mundo que vivimos, con soluciones de justicia social, patriotismo, moral y genuina libertad. Conviene que además de los actos puntuales haya reuniones más cotidianas en las localidades de procedencia para mantener la organización y la capacidad de acción.

José Luis Corral, Jefe Nacional del Movimiento Católico Español y Acción Juvenil Española, habló de la importancia de celebrar la Santa Misa en este monte Calvario, que nos une con aquel Calvario donde tuvo lugar la Redención del mundo. Por nuestros caídos y por nosotros mismos, no podemos hacer algo mejor.

Coincide también este 1 de Octubre con el Día del Caudillo, aquel invicto general que derrotó al comunismo, lo que no pudieron hacer poderosos ejércitos como los de Alemania y Estados Unidos. Un Caudillo al que recordamos con agradecimiento por haber salvado a España y por habernos proporcionado una gran etapa de paz y prosperidad.

Hay que poner todo en el contexto histórico en el que sucedió, el Alzamiento, la Liberación del Alcázar que celebrábamos en Toledo hace unos días, la exaltación de Franco a la Jefatura del Estado, las ofensivas rojas en estas tierras, en Alcubierre primero y en Belchite después, para intentar distraer del Frente Norte a las divisiones nacionales que por esas fechas consiguieron aniquilar la resistencia republicana, para luego concentrarse en liberar el resto. Y aquella batalla del Ebro, la más importante de la guerra, también cerca de aquí, donde el Ejército Rojo, en su momento álgido, fue deshecho, lo que permitió el fin de la guerra en pocos meses más.

Aragón fue entera zona nacional, con sus 3 capitales, que los rojos intentaron conquistar con estos ataques, además de las bombas sobre el Pilar el 3 de agosto del 36. No pudieron con Huesca, donde estuvimos hace dos meses para conmemorarlo. Y sí conquistaron Teruel, aunque brevemente. E hicieron prisioneros al Obispo y al Coronel Rey D'Hancourt, que fueron fusilados más tarde, cerca de la frontera con Francia, cuando se retiraban. Porque fueron asesinos hasta el final.

Por eso revivimos aquellos acontecimientos y nos sabemos portadores de unos valores y unos principios que se remontan a 2.000 años de cristianismo, en momentos en que todo parece venirse abajo, cuando nos han encerrado, amordazado, amenazado, confinado, multado y aterrorizado, cuando la ofensiva contra los símbolos de aquella Cruzada prosigue implacable y va contra los que resistimos. En estos momentos, sabiendo que nuestros ideales tienen raíces en el pueblo español, que nos asisten desde la Iglesia purgante y la Iglesia triunfante nuestros camaradas ya muertos, en guerra o en paz, que nos dirige Cristo Rey, estamos seguros de la Victoria, que ha de venir cuando y como Dios quiera.

Por último, el Secretario de la Hermandad recordó detalles concretos de aquella batalla y especialmente al Comandante Santa Pau, que dirigió la defensa y salió a la desesperada con los supervivientes para romper el cerco y llegar a zona nacional, muriendo en el empeño. Luego, impuso sendos luceros de la Hermandad a los camaradas Félix y José Luis.

En la Cruz de Hierros fue depositada una corona de laurel y se adhirió un ramo con las 5 rosas simbólicas, mientras se cantaba el "Yo tenía un camarada".

 

Después, se cantaron los Himnos de la Cruzada, "Oriamendi", "Cara al sol" y el Himno Nacional con la letra de Pemán.

 

También hubo una visita a las ruina de Belchite, para hacer una foto de familia en tan emblemático lugar.

Más tarde se celebró una comida de hermandad en Fuentes de Ebro, que se hallaba en fiestas y donde encontramos gran número de simpatizantes en la calle, aunque nada sabían previamente de nuestra presencia. También allí se cantó el "Cara al sol", entre otros brindis y canciones.