Desde que se profanara la sepultura del Generalísimo Franco, sacándolo del lugar por él mismo construido, el Valle de los Caídos, pese a la oposición de su familia y de los monjes que lo custodiaban, por ley del gobierno aprobada por la mayoría de las Cortes, ratificada por el Tribunal Supremo, con la complicidad expresa de la jerarquía eclesiástica española y del Papa, que declinaron oponerse alegando que no querían oponerse a la Justicia legal establecida, se han sucedido unos acontecimientos que bien pueden interpretarse como una maldición. Maldición que fue pronunciada por la nieta del Caudillo, Merry, en el momento de la exhumación. Así como fue proferida por el Jefe Nacional del Movimiento Católico Español en la Plaza de Oriente, el inmediato 20 de noviembre de 2019, si bien no pudo hacerlo desde la tribuna del acto por prohibición del mando de La Falange, que se apoderó del acto, por lo que José Luis Corral lo hubo de hacer luego entre las estatuas de nuestros reyes antiguos.
Estos días, en torno al 18 de julio, precisamente, hemos conocido la dimisión de la bruja que presidió aquel aquelarre como ministra de Justicia, cargo del que fue cesada dos meses después, pasando a ser Fiscal General del Estado, del que dimite ahora entre fuertes dolores, según propia confesión, haciendo honor a su nombre, Dolores Delgado.
Justo en esa fecha, 18 de julio, aniversario del Glorioso Alzamiento Nacional, ha dimitido también la número 2 del PSOE, Adriana Lastra, mano derecha de Pedro Sánchez, el Presidente más nefasto de la historia de España, cuya popularidad va en picado según reconoce estos mismos días el CIS, en manos de un incondicional socialista como Tezanos, que por primera vez da por perdedor al PSOE, que lo viene siendo en todas las elecciones autonómicas que se han celebrado desde el inicuo crimen de Estado contra el que fuera Jefe de Estado, Francisco Franco Bahamonde.
Una semana antes había muerto uno de los ministros de aquel Consejo que dictaminó y promovió tan afrentosa media, José Guirao, a los 63 años. Almeriense.
Como también es almeriense este antiguo militante comunista de extremísima izquierda, con fama de masón, Fernando Martínez López, urdidor principal en la sombra de todo el desaguisado, que se las prometía muy felices de ministro, pero que se quedó con un palmo de narices, aunque sigue teniendo rango de Secretario de Estado para la Memoria Histórica. De hombre fuerte se quedó en Don Nadie.
Otra que parecía el no va más, de las principales responsables, Vicepresidente del Gobierno, número 2 del Gobierno de Sánchez, Carmen Calvo, la que fue a ver al Papa y se acuerda de ella y pregunta por ella. Pero menos de dos meses después dejó de ser Vicepresidente y Ministra y se quedó fuera. Además de sufrir la humillación de que el Vaticano le rectificara, cosa muy poco frecuente, pues le quiso endilgar el muerto al Papa y, claro, hasta ahí podíamos llegar.
Y ahora tiene que ir en silla de ruedas.
Y vinieron....... La Filomena y el Covid. La viruela del mono y la sequía. El volcán de La Palma. La guerra de Ucrania y los incendios forestales..... y estos locos quieren seguir profanando y destruyendo.
Pero nosotros seguiremos rezando, yendo a los lugares sagrados, llevando flores, cantando y dando testimonio y ejemplo:
Cenotafio de Franco.
Viva Franco!! Arriba España!!✋🏻🇪🇦
ResponderEliminarQue está maldición se siga extendiendo ante la aprobación de la ley de memoria dictatorial
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