Uno de los lugares más emblemáticos y bellos es el Escudo Nacional con el Águila de San Juan, tallado en piedra.
El Jefe Nacional, José Luis Corral, depositó un ramo de 5 rosas rojas en la tumba de José Antonio Primo de Rivera, fundador de la Falange.
Para ocupar sitio en la primera bancada, estando todo el espacio de la nave central lleno de fieles.
Se celebró misa cantada con 5 sacerdotes, entre ellos el Prior, Dom Santiago Cantera, y el abad emérito, Dom Anselmo Álvarez.
Al poco de empezar la celebración, uno de los peregrinos que acudieron en el bus del MCE-AJE, el camarada Joaquín Cobos, sufrió un paro cardíaco. No funcionaron los masajes manuales de cinco médicos distintos, ni las cuatro descargas de un desfibrilador. No reaccionaba. Llegó uno de los sacerdotes celebrantes y le adminstró la Extremaunción. Y entonces se recuperó y volvió en sí. Para los que lo vieron, un milagro.
El Padre José Ignacio se dirige a dar el Auxilio Sacramental al enfermo.
La Sagrada Comunión se recibió en su mayor parte de rodillas y en la boca.
Con la misma solemnidad que a la entrada, los celebrantes se retiran procesionalmente.
Tras la misa, oración ante el cenotafio (antigua tumba) de Francisco Franco, Caudillo de España.
Y ante la de José Antonio Primo de Rivera, fundador de la Falange, fusilado por los rojos el 20 de noviembre de 1936 en Alicante.
Y al autobús para ir al siguiente acto, en el Arco de la Victoria. Los autocares siguen llegando. Y los automóviles particulares. Hay un flujo constante de visitas, sobre todo los fines de semana. El monumento arquitectónico más grandioso del siglo XX y también el de más significado espiritual y patriótico, sigue despertando la atención del mundo entero, de propios y extraños.
El enfermo se recupera, sólo tiene dolor en el pecho por la presión de las manos de los médicos, que le dejaron doloridas las costillas. Aun así, los especialistas han decidido colocar un catéter para ayudar al corazón, por lo que será intervenido en breve. Gracias a todos por vuestras oraciones.
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