El 9 de noviembre se cumplieron 32 años de la Caída del Muro de Berlín, en 1989. Tal hecho forma parte de las promesas cumplidas del mensaje de Nuestra Señora en Fátima, en 1917.
En la charla participada en la sede nacional se habló de este tema tan apasionante.
Las apariciones de Fátima tuvieron lugar entre el 13 de mayo de 1917 y el 13 de octubre del mismo año. Además, Sor Lucía, ya monja, tuvo otras apariciones en Pontevedra y Tuy.
En resumen, las profecías fueron estas:
1º.- La Guerra Mundial está a punto de acabar. Pero si el mundo no se convierte, antes de que muera el Papa siguiente al actual, sobrevendrá otra mayor. Una luz en el cielo lo anunciará previamente.
2º.- Rusia esparcerá sus errores por el mundo. Naciones enteras desaparecerán.
3º.- Vengo a entregaros la Devoción a mi Inmaculado Corazón y el Rosario como instrumentos de reparación y salvación.
4º.- El Papa debe consagrar con todos los obispos del mundo a Rusia y al mundo a mi Corazón Inmaculado.
José Luis Corral explicó cómo se fue cumpliendo todo. Poco después del fin de las apariciones, con la Revolución de Octubre, un 7 de noviembre, triunfaba el comunismo en Rusia. Al año siguiente, 1918, terminaba la Primera Guerra Mundial. Tras ese Papa, Benedicto XV, vino otro. En febrero de 1938 fue vista la luz en el cielo, como una aurora boreal especialmente intensa. Antes de que muriera Pío XI, en 1939, se puede decir que la Segunda Guerra Mundial ya se estaba manifestando en la Guerra de España, en la invasión de China y Manchuria por Japón, en la ocupación de Austria y los Sudetes por Alemania... El 1º de Septiembre de 1939 estalló definitivamente con la invasión alemana, aliada con la Unión Soviética, de Polonia. Al final, el comunismo quedó implantado en Europa Oriental, además de Rusia. Poco después, China, en 1949. Les siguieron Corea, Vietnam, Cuba, Laos, Camboya, Etiopía, Angola y Mozambique, etc. El avance comunista era imparable.
El 13 de Mayo (Festividad de Ntra.Sra. de Fátima), el turco Alí Agca, enviado por los servicios secretos comunistas de Bulgaria, atentó contra Juan Pablo II en el Vaticano y estuvo a punto de matarlo. El Papa dijo que la Virgen de Fátima le salvó. Decidió hacer la Consagración al Inmaculado Corazón de María y ordenó a todos los obispos del mundo que la hicieran. Fue hecha el 24 de marzo de 1984. No se nombró a Rusia, pero sí a todos los hombres y naciones que tuvieran mayor necesidad de ella.
En esos momentos, la Unión Soviética, con la complicidad de todos los gobiernos socialistas instalados en los países de Europa Occidental, estaba dispuesto a invadirla. Estaban Mario Soares en Portugal, Felipe González en España, Mitterrand en Francia, Willy Brandt en Alemania, Bruno Kreisky en Austria, Bettino Craxi en Italia, Papadoupulos en Grecia.
Pero el 13 de mayo, Festividad de Fátima, los sismógrafos registraron un gran terremoto en el Mar del Norte. Dos meses después se supo que estalló el mayor arsenal de armas nucleares y convencionales en Murmansk, quedando imposibilitada la invasión.
Posteriormente se produjeron otros sucesos que mermaron gravemente la capacidad militar, industrial y económica de la Unión Soviética. El estallido de la central nuclear de Chernobil, el terremoto de Armenia, la explosión del gaseoducto transiberiano y el descarrilamiento del tren transiberiano, la guerra en Afganistán, saliendo un 11 de febrero de Kabul (Virgen de Lourdes) y un 14 de febrero de Afganistán (San Cirilo y San Metodio, patronos de Rusia y copatronos de Europa).
Fueron muriendo todos los jefes soviéticos más relevantes: Breznev, Suslov, Podgorny, Chernienko, Gromyko, etc. Llegó Gorbachov, que intentó la renovación, la perestroika y la glasnot, la transparencia. El 9 de noviembre de 1989 caía el Muro de Berlín, que dividía Alemania e impedía que los habitantes del sector comunista pudieran irse libremente, igual que pasaba en todos los países comunistas del mundo. Era el día de Nuestra Señora de la Almudena, que fue encontrada en un muro que se derrumbó en la muralla de Madrid. Para el que quiera reconocer los signos, bien claros, de la Divina Providencia.
Apareció un líder en Rusia, Boris Yeltsin, que quiso acabar con el comunismo, pero Gorbachov dio un autogolpe de estado el 19 de agosto de 1991 que fue vencido el 22 de agosto con la toma del Parlamento soviético, la arriada de la bandera roja con la hoz y el martillo, la restauración de la antigua bandera rusa y la prohibición del Partido Comunista, así como el fin de la Unión Soviética.
De inmediato, todas las naciones sojuzgadas fueron recuperando su independencia y libertad.
El 22 de agosto es ahora la Fiesta de María Reina, pero en el Calendario antiguo era precisamente la Festividad del Inmaculado Corazón de María.
Y la Virgen había dicho "por fin, mi Corazón Inmaculado triunfará".
Y es que, cuando las profecías son auténticas, se cumplen. Cuando se anuncian a una generación, es para que se cumplan en el tiempo de esa generación. El cumplimiento significa el triunfo de la verdad, de Dios, de la Virgen. No significa la desaparición del mal para siempre, ni siquiera del mismo comunismo, que se adapta y se mantiene en sus errores como pasa con el comunismo capitalista chino o aquí con movimientos de ideología de género, podemitas y demás ralea. Pero que será vencido más veces con los mismos medios que se nos dieron en Fátima, el Rosario y la devoción al Inmaculado Corazón de María, la comunión frecuente y los actos de reparación y desagravio.
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