En la imagen, los Prelados posan ante el monumento antiguo, fusilado y dinamitado por los rojos en 1936, cosa que ellos no olvidan, aunque callen prudentemente.
La procesión episcopal se dirigió hacia la Basílica.
El Cardenal Blázquez, Arzobispo de Valladolid y Presidente de la CEE, presidió el acto. Antes de entrar, las oraciones de ritual. Al fondo, atento, José Luis Corral, Jefe Nacional del Movimiento Católico Español.Por fin, los Obispos fueron entrando en procesión por la Puerta Santa Jubilar.
Ya en el interior, ocuparon todos los bancos de la nave central, que lucía así un aspecto inusual. Todos ellos concelebraron, así como un grupo de presbíteros situados en el lateral del Evangelio. En el de la Epístola, un grupo de fieles, a pesar de la temprana hora y de no haber sido convocados.
En el Altar Mayor estuvieron los Cardenales y los Obispos de Getafe, Diócesis a la que pertenece el Cerro de los Ángeles.
Su Eminencia el Cardenal Blázquez hizo una homilía bonita, recordando tres escenarios de la Revelación del Sagrado Corazón de Jesús a Santa Margarita María Alacoque en Paray-le-Monial, al Beato Bernardo de Hoyos en Valladolid y a Santa Faustina Kowalska por la Divina Misericordia.
Recordó también los grandes monumentos al Sagrado Corazón de Jesús en el Santuario de la Gran Promesa de Valladolid, el Tibidabo y el Cerro de los Ángeles, sin olvidar la devoción primera en Bilbao, en la Parroquia de San Antón.
Pero el Presidente de los Obispos tuvo el cuajo de no referirse ni una vez al Reinado Social de Nuestro Señor Jesucristo, a esa Gran Promesa, que mencionó sin decir cual es, la de "Reinaré en España y con más veneración que en otras muchas partes". Y se olvidó por completo de la "Quas Primas", de la Consagración de hace un siglo, de la destrucción del monumento y de su reconstrucción más grandiosa aún en tiempos de Franco, que renovó la Consagración.
La predicación sobre el Corazón de Jesús está mutilada, reducida al amor de Dios en nuestros corazones, sin referencia a la exigencia social que conlleva.
Mucho mejor estuvo el Obispo de la Diócesis al agradecer a los Obispos su presencia. Él sí mencionó varias veces a España y el hispanismo, y el centenario de la Consagración.
Muy de agradecer los cantos, varios en latín, como el Pater Nóster, el Ánima Christi y el Ave Regina Caelorum del final.
Los Obispos se fueron por donde vinieron, con la misma solemnidad.
Muy poético el lema elegido para el Año Jubilar, pero ausencia total de la Realeza de Cristo.
La Delegación del MCE y AJE que estuvo presente rezó también ante el Monumento fusilado.
Y con la bandera de España y el Sagrado Corazón de Jesús ante la lápida que recuerda la reconstrucción y renovación de la Consagración que hizo el Generalísimo Franco, Caudillo de España.
Mientras, llegó un colegio. Hay futuro, hay esperanza. Que el Sagrado Corazón les proteja.
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