El General Blas Piñar leyó la Primera lectura y el Salmo.
En la homilía Don Rodrigo recordó que desde el ambón no se ha de realizar ningún homenaje, sino predicar la palabra de Dios o también la predicación de la “obra de Dios en las Almas”. Hablo de la Fe de sus abuelos, como a pesar de su avanzada edad recibían la comunión de rodillas, la gran devoción hacia el Sacramento del Altar que tenían estas almas tan grandes.
Estamos llamados a la vida eterna, que es para siempre, es lo mas importante. Concluyo con unos versos del Padre Cué, Jesuita, y que a su abuelo tanto le gustaba leer, “Labios de Comunión diaria”.
El Santísimo Cristo de la Victoria es uno de los templos de mayores dimensiones de Madrid y cuenta con un retablo espectacular. Significativo nombre relacionado con la erección de la primera parroquia nueva en Madrid tras la Victoria del 1º de Abril de 1939.
El Patriarca, don Leopoldo Eijo y Garay, refugiado en Vigo, su tierra natal, durante la Guerra Civil hizo promesa de que, al finalizar la contienda, la primera parroquia en Madrid se titularía con el nombre del patrono de su ciudad. Erigida en 1941 se le encomendó a don José Alcocer Moneo. Comenzó su actividad en el Colegio La Salle San Rafael. Después se trasladó al Asilo de Convalecientes de las Hijas de la Caridad, ya demolido, donde hoy se levanta el complejo urbanístico de Aurrerá que alberga la Parroquia de San Ricardo. El proyecto del templo lo diseñó y realizó el arquitecto Ignacio Fiter.
El 28 de marzo de 1963, el santo obispo José María García Lahiguera consagró el templo. El 28 de marzo de 1939 fue la Liberación de Madrid. Un momento que vivió con particular emoción Blas Piñar, que vivía oculto en Madrid y formaba parte de la V Columna, como ha relatado en sus memorias.
Vistas parciales de otros asistentes.
A la salida saludos entre la familia, camaradas, conocidos y seguidores de Blas Piñar.
Imagen exterior del grandioso templo y su Ángel de la Victoria en la cúspide de la nave. De estilo neoclásico, justo antes de que surgiera el feísmo, el arte brutalista que ha llenado de engendros arquitectónicos la ciudad de Madrid.
4 misas los días de diario y 7 los festivos dan idea de la gran devoción que hay en esta barriada de Argüelles-Moncloa.
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