Otro año más se ha celebrado un acto de recuerdo, homenaje y oración por los mártires de La Garrofa, 28 entre los muchos cientos de asesinados en esta provincia por el Frente Popular, socialistas, comunistas y anarquistas.
Dado que por aquí pasaba la carretera general que unía Almería con Málaga, aprovecharon este lugar para fusilar a gente que no había cometido ningún delito, pero que les molestaban por ser considerados de derechas, católicos o desafectos al régimen republicano.
Tras cantarse el "Yo tenía un camarada" y colocarse las 5 rosas rojas simbólicas y rezar un breve responso, tomó la palabra Juan León Cordón, dirigente de Fuerza Nueva Andalucía, que recordó los tristes sucesos, que pusieron en contraste el honor, la dignidad y el alto espíritu de unos asesinados con el odio, la saña, el rencor, la ira y la sinrazón de sus asesinos.
Juan León nos exhortó a perseverar en la lucha como el mejor homenaje que podemos rendir a nuestros muertos.
Puede apreciarse el incomparable paisaje montañoso y marítimo a la vez, así como los puentes de las viejas y de las modernas carreteras que por aquí cruzan el tajo que forma el barranco de La Garrofa. Unos metros más allá se encuentra un modesto puente romano, pero significativo de la calidad civilizadora de esta zona, donde se situó, en la cuenca del Andarax, la cultura argárica del vaso campanoiforme, 2.000 años antes de Cristo.
Habló también José Luis Corral, líder del Movimiento Católico Español y de Acción Juvenil Española. Recordó que algunos de estos mártires fueron beatificados el mes de marzo pasado, en el que un grupo de 115 mártires alcanzaron la gloria de los altares, la gran mayoría sacerdotes. Ya habían sido beatificados en 1993 los dos Obispos, el de Málaga y el de Guadix, así como los Hermanos de Lasalle.
Pero no podemos olvidar tampoco a los cientos de asesinados entre terribles penalidades, ya al final de la guerra, en Turón, que pertenece a Granada, pero cuyas víctimas, obligadas a trabajos forzados hasta la muerte, por cansancio, enfermedad o rematados por gusto, procedían de Almería. Lo que demuestra que los asesinatos no fueron sólo cosa de la furia de los primeros días, sino una constante durante toda la guerra.
Todos aquellos muertos nacionales eran inocentes, no habían cometido ningún delito. Por eso, no se les puede comparar con las muertes de sus asesinos, producidas por sentencias justas de tribunales militares. Sin embargo, los sucesores políticos de aquellos asesinos se empeñan hoy en día en ocultar sus crimenes con la llamada "Ley de Memoria Histórica", que no es sino un intento de reescribir la historia, de contarla a su manera para quedar ellos como buenos y sus oponentes y al fin vencedores, como malos.
Por eso se hace necesario, hoy más que nunca, pese a todas las persecuciones, que nosotros mantengamos vivos los mismos ideales, con las mismas banderas e himnos, acrecentándolos con las nuevas iniciativas y dando una respuesta política a los problemas de ahora mismo, donde volvemos a padecer las consecuencias de una política de cuño masónico, anticristiana y antinacional.
Oriamendi, Cara al Sol e Himno Nacional con la letra de Pemán pusieron digno colofón al patriótico acto.
Una foto en el peñón, bajo el monumento, como recuerdo de un momento inolvidable.
Algunos prefirieron verlo desde la carretera.
Y hubo quien vino con sus 97 años a cuestas, como Antonio Martín Sánchez, ex combatiente de la III Bandera de Falange en Extremadura y luego conductor de todos los gobernadores civiles que pasaron por Almería durante el Régimen.
Por fin, una comida de hermandad para terminar la jornada.
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