Y la Plaza de Oriente se cubrió de paraguas como escudos, entre piedras de Historia, entre reyes de piedra, árboles frondosos y farolas de época, banderas floreantes, boinas caladas, aplausos y vítores, y voces solemnes.
Para plegarse a la postre, brazo extendido al cielo, cantando los Himnos, vibrando con ellos, banderas y corazones unicordes,
Plaza de Oriente, de la Lealtad, del Caudillo, de la Dignidad Nacional, de un pueblo que sabe luchar, vencer y morir. Ahí estaban los hijos del pueblo español, la raza indómita de Covadonga, del 2 de mayo y del 18 de julio, los soldados de Cristo Rey, las canas y los rostros imberbes, el Honor y la Gloria.
Todo un espectáculo. El esplendor del patriotismo en su fecha más señera y en su lugar más emblemático.
Presentó el acto Begoña del Arco, con sobriedad no exenta de precisión y bonitas palabras. Presidían las banderas de las organizaciones convocantes, Fuerza Nueva, Movimiento Católico Español, La Falange y Democracia Nacional.
Habló en primer lugar Hélène Grimaldi, del Círculo Franco Hispánico, que se esforzó con un buen español en festejar la conmemoración y mostrar las profundas coincidencias entre el patriotismo francés y el español, sus raíces cristianas y su rechazo del Nuevo Orden Mundial.
Juan León Cordón, Presidente de Fuerza Nueva Andalucía, recordó con sentidas palabras al gran Blas Piñar, lo que despertó inmediatas aclamaciones con su nombre. Mencionó los principios de Dios, Patria y Justicia que el gran tribuno defendió y en cuya defensa seguimos luchando.
José Luis Corral, Jefe Nacional del Movimiento Católico Español y de Acción Juvenil Española, hizo un fulminante ataque al Comunismo y levantó solemnemente un Acta de Acusación contra todos los políticos que han hecho esta Democracia en los últimos 40 años.
Sus muchachos abanderados con las banderas de la Cruzada y las propias, más la del Sagrado Corazón en la Festividad de Cristo Rey.
También fueron muchos los jóvenes que siguieron a Manuel Canduela para escuchar su discurso y participar en los actos.
El líder de DN pronunció un breve, pero contundente discurso, poniendo de relieve el contraste entre el Régimen de Franco que nos dio paz y prosperidad y el actual sistema que nos llena de oprobio, además de haber abierto las puertas a una invasión de falsos refugiados e inmigrantes con grave perjuicio del pueblo español.
Por último, el abogado Félix Salmerón habló en representación de La Falange, desde su experiencia jurídica, para resaltar cómo las leyes antes protegían al obrero con un contrato único, así como el domicilio familiar. La seguridad social, las pensiones, la seguridad jurídica. Aquella hermosa realidad de justicia social, en gran parte construida por falangistas, ha quedado arrumblada por este sistema liberal y capitalista.
Para finalizar, el Padre Tam, que vino para los actos del fin de semana con un buen grupo de italianos, rezó las oraciones del responso y dio la Bendición. Primero animó a tener fe y esperanza en medio de esta crisis pavorosa que vivimos, pero que no es la primera en la historia de la Iglesia. Y a rezar el Santo Rosario, arma infalible contra las asechanzas del Demonio.
Oriamendi, Cara al sol e Himno Nacional cerraron el acto de la forma más solemne.
El Movimiento Católico Español y Acción Juvenil Española colocaron su puesto habitual, acompañado de los abanderados. Se agotaron los calendarios y se vendió bastante lotería. Fueron muchos, casi todos los asistentes, los que pasaron por el puesto a lo largo de la mañana. Además, los abanderados corearon gritos y canciones con gran animación. Fueron muy fotografiados por cámaras de fotos y de televisiones y las imágenes se han propagado mucho.
Se hicieron relevos para mantener las banderas izadas en todo momento.
Un breve incidente con un reventador profesional, que fue reducido y entregado a la policía, ha servido para magnificar el eco del acto, que ha sido noticiado por infinidad de medios digitales y algunas televisiones.
Ha sido el 20-N con mayor repercusión desde hace muchísimos años.
Otras estampas de la concentración.
Y después, las comidas de hermandad por distintos lugares.