Discurso 20-N-2016
Compatriotas, camaradas y amigos de
aquende y allende nuestras fronteras:
Nos bendice hoy la lluvia que cae del
cielo con verdadera misericordia, suave y benigna, no como la falsa misericordia
que se propina a hisopazos y que engaña cuando dice que todo el mundo se salva.
Por el contrario, la Sagrada Escritura nos dice que la Misericordia del Señor
está reservada para aquellos que le temen.
En otros años tuve ocasión de
referirme a Francisco Franco glosando sus facetas de Caudillo, Jefe del
Gobierno, Jefe del Movimiento Nacional o Generalísimo de los Ejércitos.
CENTINELA DE OCCIDENTE
Quiero referirme hoy a su faceta de
“Centinela de Occidente”.
Efectivamente, Franco, al frente de
su pueblo, de la parte que no se había contaminado, venció a la masonería, el
separatismo, el anarquismo y el comunismo. Y en su largo periodo de gobierno no
dejó de advertirnos, a nosotros y a las naciones cristianas de Occidente, del
peligro de estos enemigos. Nos lo dijo en su último discurso en esta Plaza,
desde el balcón del Palacio de Oriente:
“Todo lo que en España y en
Europa se ha armado obedece a una conspiración masónica izquierdista de la
clase política en contubernio con la subversión comunista terrorista en lo
social que si a nosotros nos honra, a ellos les envilece.”
Y lo reiteró en su Testamento:
“No olvidéis que los enemigos de
España y de la civilización cristiana están alerta. Velad también vosotros y para ello deponed frente a
los supremos intereses de la patria y del pueblo español toda mira personal.”
En el fondo es la
misma advertencia que hacía José Antonio Primo de Rivera sobre “la invasión de
los bárbaros”.
EL COMUNISMO
Bárbaros que
destruyeron 20.000 edificios religiosos y asesinaron a casi 7.000 obispos,
sacerdotes y religiosos, además de docenas de miles de seglares y patriotas.
Bárbaros que se mataron
entre sí mismos como bestias sedientas de sangre.
Bárbaros que siguen
destruyendo la memoria, los símbolos e incluso las tumbas de los gloriosos
caídos por Dios y por España, como ha sucedido esta misma semana con los
sepulcros de los Generales Mola y Sanjurjo y de varios requetés navarros en el
Monumento a los Caídos de Navarra, cedido vilmente por una Iglesia cobarde y
entreguista, donde se ha utilizado su recinto para exponer en el suelo, con
blasfemia y sacrilegio, Hostias
consagradas robadas. Formando la palabra Pederastia, que es ese crimen que
ellos mismos cometen con su Educación para la Ciudadanía y la perversión
organizada de la infancia y de la juventud. Crimen que achacan a otros, a la
misma Iglesia, como los Pujol denuncian que “España nos roba” mientras acumulan
fortunas inmensas en paraísos fiscales.
Barbaridades pasadas
y presentes efectuadas por los mismos partidos, las mismas ideologías y las
mismas siglas de raíz marxista, socialista y comunista, que se mantienen con
versiones “mejoradas” del mismo virus: el retrovirus de ETA, Podemos y sus
adláteres. Es decir, concretando, los que mandan en el Ayuntamiento de Pamplona
y en la Comunidad Foral de Navarra.
Aunque,
sorprendentemente, ese comunismo del que nos advirtió la Virgen María en Fátima
en el mismo mes de octubre de 1917 en el que triunfaba la Revolución Soviética,
denunciándolo como “el mal de Rusia”, el que era intrínsecamente perverso para
Pío XI en la “Divini Redemptoris” y encarnación del pecado de resistencia al
Espíritu Santo para Juan Pablo II en la “Dominum et Vivificantem”, que lo
padeció, es ahora el que piensa como los cristianos, según dice o dicen que
dice el Papa Francisco, que recibió el año pasado sin rechazo alguno un
crucificado con la hoz y el martillo de fondo de manos del presidente
boliviano, Evo Morales.
Pues yo digo que el
Comunismo es el peor enemigo de la Humanidad en toda su historia. El que más
asesinó, superando los 100 millones de víctimas. El que disolvió la familia,
negando incluso la autoridad de los padres y la propiedad privada. El que
destruyó la economía y condenó al hambre y al racionamiento a los pueblos. El
que confiscó la libertad convirtiendo las naciones que dominaba en cárceles
colectivas de las que todos querían y quieren huir. El que impuso el ateísmo y
arrancó la religión del alma de las gentes. El miedo, la delación, la tortura,
la cheka y el tiro en la nuca, el hambre y la desesperación, la miseria y la
humillación, esos son los compañeros inseparables del comunismo.
El Comunismo ha tenido
y tiene otros compañeros, los que ellos llaman “compañeros de viaje” y “tontos
útiles”, los ambiciosos, los cobardes, los traidores y resentidos, los
envidiosos, los que no tienen escrúpulos.
Ese Comunismo,
centralista como en la URSS o libertario, como la FAI y la CNT, puro como el
estalinismo o impuro como los socialistas, juntos y revueltos, o matándose como
fieras entre sí, fue vencido por el Generalísimo Franco, Caudillo de España, al
frente de los Ejércitos Nacionales. Fue derrotado doctrinalmente por José
Antonio, por Ramiro y por Onésimo. Fue vencido militarmente en la guerra. Fue
vencido en la paz, creando un sistema de justicia social, desarrollo y
prosperidad que convertía en chatarra la dialéctica marxista. Y fue vencido
moral, espiritual e internacionalmente por un Régimen, un pueblo, una Nación,
que levantó el vuelo con alas de águila imperial.
Lo que ahora
padecemos ha sido posible porque aquellos que tenían en sus manos la conducción
del Estado, principalmente Juan Carlos de Borbón, o de Puigmoltó y Borbón,
secundado por un amplio sector de los políticos del Movimiento Nacional, como
Suárez y Fernández-Miranda, los jerarcas de la Iglesia como Tarancón y los
jefes del Ejército como Gutiérrez Mellado, decidieron traicionar el sagrado
juramento que prestaron de defender el Estado Nacional y sus Principios y Leyes
Fundamentales, que eran inderogables por su misma naturaleza, aunque
perfectibles. Por eso, todos los males que padece España provienen de ese
perjurio y de esa traición. Por eso maldijimos solemnemente aquí a su principal
responsable hace tres años, que pronto abdicó, el 2 de junio de 2014.
ACTA DE ACUSACIÓN
Hoy desde aquí, en
este lugar emblemático, en esta fecha del más alto simbolismo patrio, en este
acto y desde esta tribuna, que son Oráculo del Patriotismo español, quiero
formular otra solemne acusación, un Acta de Acusación contra todo el sistema
político bastardo que engendraron con artificios los llamados padres de la
Constitución en el vientre de esa vieja prostituta llamada Democracia,
convertida en nueva religión que todos deben adorar.
Vosotros, los
demócratas, los del sistema, los de la casta, entre todos:
Habéis roto con
nuestra gloriosa tradición, con el ser auténtico de España, convirtiéndonos en
un estado amorfo y sin alma.
Habéis apostatado de
la Fé multisecular de nuestro pueblo.
Habéis consentido
que se insulte, agreda, robe, profane y desacralice a nuestro Dios, los
Sacramentos, los Templos y las Misas. Y vuestra Justicia dice que eso no es
delito.
Habéis arrancado de
la conciencia del pueblo español, sobre todo de los más jóvenes, el sentimiento
noble y orgulloso de ser español, “una de las pocas cosas serias que se pueden
ser en el mundo”, según decía José Antonio.
Habéis permitido que
se injurie y ofenda el Himno, la Bandera y a la Jefatura del Estado, con
absoluta impunidad.
Habéis desarmado,
cribado y desanimado al Ejército, convirtiéndolo en un funcionariado sumiso al
mundialismo.
Habéis quitado a ese
mismo Ejército la oportunidad de inculcar en la juventud los valores patrios y
la educación castrense, suprimiendo el servicio militar obligatorio.
Habéis borrado
nuestra gloriosa historia al dictado del rencor de los vencidos de la guerra
civil, haciendo de la mentira ley.
Habéis derribado
estatuas y monumentos, arrancado placas y cambiado nombres para satisfacer el
revanchismo de las izquierdas y de los separatistas.
Habéis dado
instrumentos políticos, económicos y jurídicos a los que pretenden dividir a
España y que desaparezca.
Habéis fomentado la
corrupción de los políticos y su enriquecimiento. Además de los enchufismos,
nepotismos, puertas giratorias y prebendas de todo tipo.
Habéis regalado las
empresas del Estado a vuestros amigos de pupitre. Habéis despatrimonializado al
Estado.
Habéis multiplicado
la administración del Estado y creado un ejército de funcionarios.
Habéis asfixiado a
los ciudadanos y a las empresas con impuestos y multas abusivos.
Habéis condenado al
paro, a la precariedad laboral, a sueldos de miseria, a trabajos degradados, a
millones de españoles.
Habéis dejado sin
techo a muchos miles.
Habéis arrancado el
tejido productivo industrial al dictado de las conveniencias de poderes e
intereses extranjeros.
Habéis endeudado al
Estado y a todos los españoles para un siglo, superando ya el billón de euros.
Habéis asesinado a
dos millones de criaturas inocentes antes de nacer con el abominable crimen del
aborto.
Habéis cegado las
fuentes de la vida, con la anticoncepción, con el modo de vida hedonista,
convirtiéndonos en un país de ancianos.
Habéis provocado una
inmigración invasora de millones de personas, que pone en grave peligro de
continuidad y existencia nuestra sociedad. Competencia desleal en los trabajos,
descenso de los salarios, aumento del precio de alquileres y viviendas, con la
burbuja inmobiliaria que ocasionó. Además de terrorismo, delincuencia,
enfermedades, ghettos y riesgo de futura confrontación, el choque de
civilizaciones en nuestra propia casa.
Habéis destruido la familia
con el divorcio, el amor libre, las uniones de hecho y el escandaloso
matrimonio homosexual.
Habéis enfrentado al
hombre y a la mujer, habéis hecho de las leyes de género un arma coactiva
contra el matrimonio y la familia, acentuando el maltrato y los fracasos de las
parejas.
Habéis envilecido a
nuestro pueblo, especialmente a la juventud, con la droga, el sexo y el vicio.
Habéis escandalizado
desde los medios de comunicación y en la calle, con programas y desfiles que
desafían todo el orden moral.
Habéis manchado la
inocencia de los niños.
Habéis desamparado a
los ciudadanos, que sufren miedo e inseguridad por la delincuencia, la
violencia y el terrorismo.
Habéis convertido en
papel mojado el derecho de propiedad, a merced de los okupas.
Habéis pactado con
los terroristas, a los que amnistiasteis en 1976 y 1977, premiando así lo que
ignominiosamente llamasteis “su lucha por la libertad y la democracia”. Y otra
vez ahora, dejándoles gobernar en regiones y ayuntamientos, además de tener
asiento en Parlamentos Autonómicos, Congreso y Senado.
Habéis perseguido,
acosado, injuriado y denigrado a los movimientos patrióticos.
Habéis creado un
sistema electoral a vuestra medida, para mantener vuestro oligopolio político e
impedir que fuerzas vivas y sanas consigan representación.
Habéis repartido
entre vuestros secuaces los medios de comunicación y las frecuencias.
Habéis comprometido
a España militarmente en las agresiones y crímenes a otros pueblos y gobiernos
como Serbia o Irak , al servicio de intereses mundialistas.
Habéis sido
vosotros, los demócratas, los del sistema, los de la casta.
Malditos seáis. Que
os pidan cuentas el pueblo español, y la Historia, y Dios Todopoderoso, que hoy
celebramos como Cristo Rey, a quien volveremos a adorar esta tarde en la
iglesia de la Concepción de Goya 26, para ofrecer el Santo Sacrificio en
satisfacción por las almas de Franco y de José Antonio.
Y si vosotros,
demócratas de todos los pelajes y de todos los colores, habéis dividido a
España, amenguado su grandeza y aherrojado su libertad, nosotros los patriotas,
la conciencia viva de España, juramos, con la ayuda de Dios, recobrarla UNA, GRANDE Y LIBRE.
¡¡¡ ARRIBA ESPAÑA !!! ¡¡¡VIVA CRISTO REY !!!