Se cumplen 80 años del feroz asedio, resistido heróicamente por los defensores, que culminó un 27 de Septiembre con la Liberación del Alcázar de Toledo. Con ese motivo han tenido lugar actos religiosos y de hermandad que principiaron varios días antes con una Misa oficiada en la Catedral Primada por el Arzobispo, Monseñor Braulio Gutiérrez. Y que han culminado este domingo, en el que se ha celebrado la Santa Misa en el Patio de Armas del Alcázar de Toledo, reconvertido como Museo del Ejército. Han sido cientos los asistentes, toda la buena sociedad toledana y numerosos patriotas procedentes de otros puntos de la geografía española.
Celebró el consiliario, Padre Santiago Calvo. Aseguró que en la oración estaban incluidos todos los que participaron en el asedio, fueran defensores o atacantes.
Tras la Consagración, la banda de música interpretó el Himno Nacional. Después de la Misa, cantados vibrantemente, los Himnos de la Guardia Civil y de la Infantería española.
En el acto se encontraron algunos de los niños del Alcázar, que estuvieron dentro durante el sitio y que ahora tienen de 80 años en adelante.
Después se depositaron coronas de laurel en las tumbas de la cripta.
Además del Coronel Moscardó, en la tumba principal están sus dos hijos fusilados como represalia por los rojos.
La imagen de la Virgen del Alcázar salió de la fortaleza imperial portada por jóvenes cadetes voluntarios.
Tras la imagen, la presidencia eclesiástica y de la Hermandad de Defensores del Alcázar.
Después la banda de música, que interpretó el Himno Nacional a la salida y luego en la llegada a la Catedral.
La procesión fue desviada por calles estrechísimas, haciendo un tortuoso recorrido. Los responsables deben ser socios de la tienda que sale en la foto, pues parece que tienen pájaros en la cabeza. Lo más seguro, que no quisieran que pasara por Zocodover y la calle Comercio. Que se vea lo menos posible.
Pero pasó por delante de la fachada principal de la soberbia Catedral gótica, Primada de las Españas. Ya en el interior, fue despedida por la Salve.
Por fin tuvo lugar una comida de hermandad. La Presidenta saliente, Hermano Mayor, Sacramento Ramos, explicó las arduas gestiones que se han debido realizar últimamente para sanear la economía de la hermandad y saludó la llegada del nuevo Hermano Mayor, que será Ricardo Alba. Al final se cantó el Himno de los Defensores del Alcázar.
Y allí quedó el Ángel de la Victoria, elocuente testigo de un hecho glorioso, martirial y heróico, al frente del colosal Alcázar toledano.
