Compatriotas, camaradas y amigos españoles y de allende
nuestras fronteras.
Nos reunimos en este escenario imperial y augusto como culmen
y quintaesencia del compromiso patriótico en España.
Nos circunda el soberano Palacio Real, que representa la
Unidad Política y Espiritual de nuestro pueblo. Allí donde comenzó la
espontanea resistencia del pueblo cristiano español a la invasión liberal,
democrática, revolucionaria y napoleónica. Aquel desde el que saludaba y
hablaba nuestro Caudillo en horas decisivas de nuestra Patria. Palacio de
Oriente porque mira a Oriente, a Roma y a Jerusalén, faro y cuna de nuestra
civilización cristiana.
Nos escoltan las estatuas de nuestros Reyes, los Reyes de las
Españas, testigos mudos, pero elocuentes, de nuestra bimilenaria historia.
A un lado la iglesia de Santiago, del Patrón de España y guía
de la Reconquista contra los musulmanes. Al otro, el convento de la
Encarnación, con el milagro anual de la licuación de la sangre de San
Pantaleón.
Y junto a nosotros, el Templo de la Música, que es el arte
más elevado, que más sublima los espíritus. No en vano Dios ha dispuesto Coros
de Ángeles en el Cielo.
Elegimos este escenario imperial y augusto. Y elegimos la
fecha simbólica del 20-N, santo y seña del patriotismo español. Porque en esa
fecha quiso el Altísimo en sus inescrutables designios que coincidieran las
muertes de José Antonio Primo de Rivera y de Francisco Franco. La Palabra y la
Obra, la Doctrina y el Hecho. La Potencia y el Acto. La Poesía y la Prosa. José
Antonio es el Profeta y Mártir de una España Mejor. Franco es el Caudillo de
esa España victoriosa, grande y libre.
Por ello, esta concentración, en los primeros años
multitudinaria, no es un acto político más. Es la conciencia de una España
dormida. Es la tribuna de los más altos y nobles ideales. Es el oráculo de la
verdad. Es el conjuro de lo más sagrado y auténtico para reanimar a España y
vencer a esos enemigos que ahora la dominan.
Por eso,
hace dos años, con toda la autoridad y la dignidad de la que nos sentimos
investidos, maldijimos pública y solemnemente aquí al máximo responsable de
haber traicionado aquellos Principios del Movimiento Nacional y las Leyes
Fundamentales del Reino. Bien poco tardó en caer fulminado por las adversidades
y abdicar.
Nos cumple
hoy dar cinco aldabonazos desafiantes a las puertas de la conspiración:
1.- Al Papa
Francisco, que se ha permitido injuriar sin nombrarla, a España, durante su
reciente viaje a Hispanoamérica. El Papa Francisco ha apostado por la leyenda
negra y por los masones llamados “libertadores”. En contraste con sus
antecesores, que siempre reconocieron que medio mundo católico rece a Dios en
español gracias a la obra de España en América, África y Asia, nosotros
recordamos que desde el Testamento de Isabel la Católica hasta las Leyes de
Indias, el respeto y la espada de los conquistadores, junto a la santa
heroicidad de los misioneros consiguieron que muchedumbres inmensas abrazaran
la Fe Católica. Esa que ahora retrocede con modernismos y teologías de la
liberación ante el empuje imparable de las sectas.
Y nosotros
sabemos distinguir entre la Autoridad confiada al Vicario de Cristo y las
opiniones y criterios políticos de los Papas, como ya hiciera nuestro Emperador
Carlos I de España y V de Alemania.
2.- A los
separatistas que ponen en peligro la unidad de España, que tanto costó mantener
y tanto costó recobrar desde la invasión musulmana. Sepan, con palabras de José
Antonio, que “el separatismo es un crimen que no perdonaremos” y que incurren
en sedición y alta traición a la Patria, cosa que les demandaremos nosotros si
los gobiernos democráticos no son capaces de hacer.
A los que
no aman ni quieren a España hay que despojarles de la nacionalidad española, de
manera que pierdan sus derechos políticos en España y no puedan ser electores
ni elegibles. Y las organizaciones políticas o culturales separatistas deben
ser prohibidas.
3.- A la
invasión islámica que padecemos y la que amenaza con anegarnos por culpa de
gobiernos democráticos permisivos y suicidas, que nosotros tenemos memoria
histórica y sabemos muy bien cómo arrasaron nuestra religión y nuestra cultura,
pues no hubo iglesia o monasterio que no arrasaran en sus incursiones, sin que
nos extrañen sus crueldades de ahora a los que conocemos las crueldades y
sadismos del pasado. Sabemos bien que sólo las naciones fuertes y decididas se
hacen respetar y evitan ese suicidio.
Ya sabemos
que no todos los musulmanes son terroristas. Pero sabemos que todos los
terroristas se crían en un caldo de cultivo islámico. No podemos seguir
incubando los huevos de la serpiente, protegiendo sus nidos y favoreciendo una
inmigración masiva. A los refugiados hay que ayudarlos, pero eso no significa que
se instalen aquí, con salvedad de los cristianos a los que se les hace la vida
absolutamente imposible allí.
Ojo también
a los liberadores, a los que supuestamente nos habrían de defender. Hace dos
meses viajé por las costa atlántica francesa y pude ver que en muchas ciudades
el centro histórico estaba construido con edificios nuevos. Era porque los “buenos”,
los que iban a “liberar” Francia de los “malos”, que eran los alemanes,
arrasaron todo el casco histórico de grandes ciudades, como Caen, Dunkerque,
Amiens, Ruán, El Havre, con decenas de miles de víctimas civiles. Y con
especial delectación por destruir las iglesias y catedrales católicas. Los “malos”
no habían destruido ninguna ciudad de Francia, pero los liberadores sí. Y no
sólo las que estaban en el área del desembarco de Normandía, sino por ejemplo,
Nevers, en el centro de Francia. Hay allí una gran catedral, doble, pues un
ábside es gótico y al otro extremo hay otro románico. Pues la RAF británica la
destruyó porque dicen que la confundieron con un centro ferroviario. ¡Que Santa
Lucía les conserve la vista!
No tenemos
otros defensores que Nuestro Dios y nosotros mismos.
4.- A la
nueva generación de extrema izquierda que se han reorganizado como zombis con
luna llena al ritmo que les marca ese Drácula con coleta. No nos engañaron ni
un minuto. En cuanto los vimos acampados en Sol les reconocimos. Su tufo es
inconfundible. Son lo peor de lo peor. La hez de la tierra. Son aborto y
eutanasia. Son porro y mugre. Son anti España y anti Iglesia. Son amigos de
separatistas, terroristas, islamistas y de todo lo malo. No son regeneración.
Son degeneración y mal gusto. Son la corrupción químicamente más elaborada. Son
los hijos del Averno. Son los sans-culottes de la Revolución. Los milicianos,
los que hacen el trabajo sucio de la Revolución.
A
diferencia de sus próximos antecesores comunistas y socialistas, que en gran
parte eran hijos del franquismo, militando ellos mismos y sus padres en el
Movimiento Nacional, el Frente de Juventudes y la Sección Femenina, estos
ultraizquierdistas de ahora son de pura cepa: nietos de terroristas que
cometieron crímenes execrables durante la guerra civil e hijos de terroristas
del FRAP. Amigos de la ETA y del islamismo. Terroristas, hijos de terroristas y
amigos de terroristas.
5.- A todos
los partidos del sistema. Todos sois culpables. No hay nadie justo entre
vosotros. Todos vosotros nos habéis conducido al abismo, a la catástrofe, a la
ruina y la destrucción de España, al envilecimiento de nuestro pueblo, a la
corrupción y al suicidio. Sois el aborto y sois la corrupción, el paro y la
ruina, la invasión migratoria y el compadreo con el separatismo.
Ya lleváis
40 años abusando de España y de los españoles, confiscando nuestros bienes con
impuestos que manejáis a vuestro antojo. Habéis sido abducidos por los enemigos
de nuestra civilización y de nuestra Patria. Servís al enemigo. Escupís sobre
nuestra Historia, no tenéis perdón. Iros, iros ya, porque sois incapaces de
nada bueno. Malditos seáis todos.
En cuanto a
nosotros, los leales, no nos queda sino perseverar en la palabra, la obra, el
sacrificio y la esperanza. No requieren menos los grandes ideales que
profesamos. No exigen menos Dios y España. Esforcémonos en mantener las
banderas izadas y entonar nuestros himnos. En servir al Dios de los Ejércitos,
cuya solemne Festividad de Cristo Rey celebramos precisamente hoy. El Dios
Omnipotente quiera servirse de nosotros para establecer su Reinado Social y
derrotar y humillar a todos sus enemigos.
¡¡¡ VIVA ESPAÑA CATÓLICA !!! ¡¡¡ ARRIBA ESPAÑA !!! ¡¡¡ VIVA CRISTO REY
!!!