“FIELES AL 18 DE JULIO”
CONMEMORACIÓN EN LUCENA (CÓRDOBA)
Bajo el lema “Fieles al 18 de Julio”, y convocados por Fuerza
Nueva-Andalucía, el pasado 18 de Julio se celebraron en la ciudad cordobesa de
Lucena una serie de actos para conmemorar el 79º aniversario del Alzamiento
Nacional que, acaudillado por el Generalísimo
Franco, marco el inicio de nuestra gloriosa Cruzada de Liberación.
Los citados actos se iniciaron a última hora de la tarde con una
caravana de vehículos que, portando Banderas Nacionales, se desplazó hasta la
Cruz de los Caídos que se alza en la
explanada del cementerio de Nuestra Señora de Araceli. Tras escucharse el Himno
Nacional, se entonó “La muerte no es el final”, seguidas del toque de oración y
una plegaria por los caídos.
Luego, el presidente de FN-Andalucía, Juan León y
José Ruiz Lastra , miembro de la Junta Regional de FN, depositaron una corona
de laurel con los colores nacionales al pie de la Cruz. A continuación, el
presidente de Fuerza Nueva pronuncio unas breves palabras alusivas al acto (1), y todos los asistentes pasaron a besar la
Bandera situada en las gradas del monumento a los Caídos, concluyéndose con el
canto del “Cara al sol” y los gritos de ritual.
Por ultimo, y en el emblemático restaurante “El Picadero” de la
familia Flores-Aguilera, profusamente engalanado con Banderas Nacionales, junto
con las de Fuerza Nueva , de la Falange y la Tradición, tuvo lugar la ya tradicional cena de
hermandad, que congregó a un importante número de militantes y simpatizantes de
FN, llegados de distintos puntos de la región, así como una destacada
representación del Movimiento Católico Español, encabezada por José María
Caballero, delegado del MCE en Granada. Un gran retrato de Blas Piñar en el que
rezaba el lema de la convocatoria presidió la cena.
A los postres se sucedieron las intervenciones de José María
Caballero y de Juan León que cerró el acto (2). Las estrofas del “Cara al sol”
y los gritos de ritual pusieron el broche de oro a esta jornada pletórica de
patriotismo.
Málaga, 20 de Julio de 2015.
(1) Intervención de Juan León en el acto de Homenaje a los
Caídos.
(2) Palabras pronunciadas en la Cena de Hermandad.
1/5
1.
HOMENAJE A LOS CAÍDOS
Ante la Cruz y la Bandera,
símbolos sagrados de la Fe y de la Patria, nos congregamos en este 18 de Julio
para rendir homenaje a los Caídos, desagraviar la memoria del Generalísimo
Franco, proclamar el orgullo de sentirnos españoles sin complejos, que honramos
nuestro glorioso pasado, y estampar un beso de amor y de respeto sobre la enseña nacional.
Homenajeamos
a los Caídos, y lo hacemos públicamente,
para testimoniar nuestro recuerdo y gratitud a quienes nos precedieron en el
combate por Dios y por España, aquéllos que, en la defensa de tan sublimes
ideales, ofrendaron sus vidas, victimados por el odio marxista, y a los
que, con esta falsa y sectaria “memoria
histórica” que nos presentan, se pretende arrinconar y sumir en el olvido, para sustituir a los mártires y a los héroes por los enemigos de
Dios y de España, por los asesinos de las checas, los profanadores y los sacrílegos.
Reivindicamos el honor que merece la egregia memoria de Francisco
Franco, vencedor del comunismo, Caudillo de la guerra y de la paz, la espada
más limpia de Europa, católico ejemplar y estadista sin parangón, que nos legó
una España unida y en orden, con paz, trabajo y libertad verdadera, y nos
sentimos orgullosos de haber tenido el mejor Capitán, el mejor Caudillo de
todos los tiempos y de toda la historia:
¡¡Francisco Franco!!
Repudiamos la vil campaña contra
la figura y la obra del Generalísimo Franco, promovida por el gobierno
socialista, mantenida después por el Partido Popular, aireada y amplificada
por los medios de comunicación, con el
silencio y la complicidad cobarde de los que, en privado, se autoproclaman “de los nuestros” , pero luego permanecen
impávidos antes las ofensas y los ataques
que, públicamente, se profieren contra Franco y reclamamos de la más alta Magistratura de
la Nación, que tanto le debe al Régimen del 18 de Julio, su urgente
intervención para poner coto a estos
desmanes.
Fuimos, somos y seremos fieles al 18 de Julio y a los
ideales que dieron vida a la Cruzada y, al contrario que otros que, con olvido
de sus juramentos, reniegan de su pasado de forma vergonzante, nosotros proclamamos a los cuatro vientos esa
fidelidad; fidelidad que se sintetiza en el trilema de Dios, Patria y Justicia,
principios de los que Fuerza Nueva hizo bandera desde su nacimiento y a cuya
defensa, siguiendo el ejemplo aleccionador de nuestro fundador y Jefe Nacional, Blas Piñar, ni hemos
renunciado ni vamos a renunciar.
Como expresión de nuestra lealtad
a España, a la sangre de José Antonio y de todos los Caídos, y a la memoria de Francisco Franco, vamos a besar con unción la enseña sagrada de la
Patria, y vamos a ratificar, aquí y ahora , nuestro compromiso de proseguir,
contra viento y marea, pase lo que pase,
fieles y firmes en el combate por Dios y por España.
Al depositar ese beso en los
pliegues de la Bandera, y renovar el juramento de fidelidad que un
día hicimos, repitamos, íntimamente, , desde lo más profundo de nuestro
corazón, las sentenciosas palabras de la
fórmula ritual: “Si así lo hiciere que Dios y España me lo premien y si no, me
lo demanden”.
¡Viva Cristo Rey!
¡Arriba España!
2/5
2. CENA DE HERMANDAD
Queridos amigos y camaradas:
La celebración
de una efemérides, como la que hoy conmemoramos, adquiere para nosotros los
que, en palabras de nuestro Fundador y Jefe Nacional, Blas Piñar, “
fuimos, somos y seremos fieles al 18 de Julio” varios significados, que
comportan otros tantos aspectos: el
recuerdo, el homenaje , la reivindicación y el compromiso.
I. Ante
una nueva conmemoración del 18 de Julio, aquí estamos los que fuimos, somos y
seremos fieles a los ideales que dieron vida a la Cruzada Nacional para dar
testimonio de esa fidelidad, que ni el tiempo, ni la arrolladora máquina del
sistema liberal que padecemos han logrado sofocar, sino que, por el contrario,
mantenemos en el momento presente con absoluta y decidida firmeza.
Conmemoramos una
fecha histórica que supuso para España el inicio de una nueva era, superadora,
por una parte, de la decadencia
decimonónica y, por otra, el reencuentro con su esencia nacional, amenazada por
los enemigos de Dios y de España.
Conmemoramos hoy lo que para nosotros fue sin duda un
verdadero Alzamiento Nacional, legitimado ante una situación caótica y
necesario para que España mantuviera su fe y se impidiera la ruptura de la
unidad histórica y política de la Nación.
Hoy, el 18 de Julio
es, oficialmente, y desde hace tiempo, una conmemoración olvidada, arrojada del
calendario, silenciada y amenazada por la llamada “ley de memoria histórica”… cuyo propósito no es otro que el de la
“amnesia colectiva”
Y , a pesar de todo, el 18 de Julio sigue estando ahí;
no como una fecha más del calendario, sino
como el espíritu permanente de la España eterna y metafísica que no
muere:
- la España de Don Pelayo y el Cid y la de Fernando
III El Santo.
- la España de los Reyes Católicos , con la
Reconquista y la obra civilizadora de América.
- la España del
Gran Capitán y de los Tercios de
Flandes, precursores de nuestra gloriosa Infantería
- la España de
Santa Teresa y San Juan de la Cruz
- la España de
Cervantes y Calderón de la Barca
- la España del
Empecinado y Agustina de Aragón
- la España de
Onésimo Redondo y Ramiro Ledesma
- la España de
Matías Montero y José Antonio
- la España la de los bravos y heroicos defensores del
Santuario de la Cabeza y del Alcázar de Toledo
- la España de los falangistas , requetés y soldados
que combatieron en nuestro glorioso Alzamiento, y la de los innumerables héroes y mártires de la Cruzada que ofrendaron sus
vidas en defensa de la Fe y de la Patria.
- la España de Franco, vencedor del comunismo,
Caudillo de la Guerra y de la Paz, la espada más limpia de Europa , que nos
devolvió el orgullo de ser españoles y nos legó una Nación que, resurgiendo de
las cenizas, pudo levantarse y transitar por la sendas de la paz, el trabajo y
el desarrollo creciente.
3/5
II. Esta es
la España que recordamos y añoramos y la
que hoy rendimos homenaje en las figuras de su invicto Caudillo, Francisco
Franco; del capitán de juventudes, José Antonio y de muestro fundador, jefe y
maestro, Blas Piñar:
- la España de la Fe Católica, frente a la España
atea.
- la España unida y patriótica, frente a la España
rota y roja.
- la España del heroísmo y el valor, frente a la
España adocenada, cómoda y cobarde.
- la España del orden, el trabajo y la prosperidad,
frente a la España del caos , el paro y la ruina económica.
Pero, es
difícil levantar la bandera de la Fe cuando la Iglesia se te pone enfrente
Es difícil levantar la
bandera del patriotismo cuando la Patria
te mira con malos ojos.
Es difícil levantar la bandera del orden cuando la mayoría de la
sociedad se siente más a gusto en el desorden.
Blas Piñar , que,
con su visión profética, supo
advertirnos de los males que hoy azotan a España, fue el cruzado que levantó todas esas banderas; pero la sociedad a la que él tantas veces se
dirigió, no quiso reconocerse en esas enseñas y prefirió el “mal menor”
pudiendo elegir el “bien posible”.
III. Reivindicamos en el tiempo presente los principios y
valores que inspiraron el Régimen Nacional del 18 de Julio, nacido de la
Cruzada, y que hoy están ausentes de la vida pública española, como
consecuencia de la traición, la cobardía y
el entreguismo complaciente de quienes - habiendo sido herederos y
beneficiarios del Régimen - traicionaron sus juramentos, sintieron vergüenza de
su pasado y nos trajeron la ruptura y el cambio y, con ellos, una constitución
laica, el separatismo de las autonomías
, el terrorismo, el aborto , el divorcio, la inmoralidad y la corrupción más escandalosas.
Para nosotros, para
los que seguimos siendo fieles, el 18 de Julio es luz y faro.
Luz, que nos ilumina en el tiempo presente de una
Patria sumida en las tinieblas que se ciernen sobre España, herida de muerte
por la amenaza separatista, el
terrorismo, el paro, la droga, la
corrupción, la inmoralidad, el desenfreno y el ataque permanente a sus
valores más sagrados; y faro que nos orienta hacia el futuro para volver a
empezar.
IV.Hemos
superado los aplausos sin votos de los que “estaban con nosotros, pero no eran
de los nuestros” y, una y otra vez, se refugiaron en el “voto inútil del mal
menor”,
No pretendemos
repetir el pasado, queremos, sencillamente, para nosotros y para todos
recuperar el legítimo orgullo de ser “españoles sin complejos” que
- Ponemos a Dios
por encima de todo.
- Defendemos la
sagrada unidad de la Patria, su independencia y su soberanía.
- Honramos y
respetamos su gloriosa bandera.
- Defendemos la
familia tradicional y el derecho a la vida.
- Queremos una
verdadera justicia social para todos los españoles, para los que reclamamos la
máxima protección, frente a las actuaciones y consecuencias que se derivan del
tratamiento irresponsable del fenómeno inmigratorio.
4/5
Finalmente, esta conmemoración , que no puede ni debe
anclarse en la contemplación nostálgica
del pasado, ni en la justa protesta que provoca la realidad presente, tiene que ser motivo para
reafirmar, proclamar y renovar nuestra fidelidad, nuestra lealtad y nuestro
compromiso.
Seguimos montando guardia en la noche oscura de
España, aunque todo lo que nos rodea invite al abandono y a la deserción.
Seguimos en el combate, tenemos la conciencia
tranquila y hemos hecho nuestro el ¡no importa! joseantoniano, que en palabras de Blas Piñar dice así:
Pero no importa el desierto
ni pisar la arena extraña
que la planta del pie daña
y hace el caminar incierto
Nos queda aún valor y entraña
nos queda vigor y lumbre
para escalar la montaña
para llegar a la cumbre
y gritar ¡Arriba España!.
El acto ha sido muy comentado en los periódicos locales y en las redes sociales, así como en algunos medios nacionales.
Los tolerantes no pueden tolerar que haya patriotas que se manifiesten como tales pacíficamente y se sienten ofendidos por los símbolos que no les gustan, como si nosotros no nos ofendiéramos con los que llevan otros.
Los tolerantes no pueden tolerar que haya patriotas que se manifiesten como tales pacíficamente y se sienten ofendidos por los símbolos que no les gustan, como si nosotros no nos ofendiéramos con los que llevan otros.