La Jornada comenzó con una Misa en la iglesia de San Francisco, tras el Ayuntamiento, donde se hacía antiguamente cuando estaba instalada en la plaza la estatua ecuestre del Generalísimo.
La comitiva, en cabezada por la bandera nacional y seguida de banda de música, que interpretó marchas a ritmo vibrante, pasó por el lugar donde antaño estuviera la añorada escultura.
Desfiló luego por el Paseo de Calvo Sotelo, que al llegar frente a la dársena cambia el nombre por el del memorable escritor José María de Pereda. Calles nuevas de un Santander reconstruido por Franco tras el pavoroso incendio de 1941.
Coincidió que la ciudad estaba engalanada con banderas españoles en los balcones, como acostumbren con motivo de las fiestas del Carmen.
Un tiempo espléndido acompañó la marcha, soleado y claro, pero nada caluriento como en el centro y sur de la Península. Un paraíso.
Hasta dar ante el Palacio Episcopal, cabe la Catedral, también reconstruida, donde fue enterrado con todos los honores el gran Marcelino Menéndez y Pelayo.
Hasta depositar la corona de laurel adornada con los colores españoles en la Cruz de los Caídos.
Tomó la palabra José Luis Corral, Jefe Nacional del Movimiento Católico Español y de Acción Juvenil Española, que justificó la legitimidad del 18 de Julio frente a un proceso revolucionario que quería destruir nuestra Patria y que no vacilaba en asesinar a los líderes de la oposición parlamentaria. Aquellos virus rojos se han transmutado hoy en los retrovirus que disimuladamente pretenden los mismos objetivos.Corral recordó que Franco no permitió que le levantaran estatuas como vencedor de la guerra y que sólo lo permitió en contadas excepciones en 4 lugares: en su ciudad natal, en Santander por la reconstrucción, en Valencia porque puso fin a las riadas y en Madrid en los Nuevos Ministerios que daban comienzo a la ampliación moderna de la capital, así como en el Instituto Ramiro de Maeztu por haberlo puesto en marcha.
Alonso se manifestó rotundo en asegurar que no permitiremos que destruyan a España, igual que no lo permitieron los buenos españoles al mando del Generalísimo Franco.
Para terminar, se cantó el "Cara al sol" con el brazo en alto y la banda interpretó el Himno Nacional, que muchos siguieron con la letra de José María Pemán.
Posteriormente, se celebró una comida de hermandad muy concurrida, en un ambiente de gran cordialidad y camaradería, así como de viva satisfación por reencontrarse otro año más. Un magnífico salón adornado con un magnífico mural costumbrista y con vistas a la bahía a través de los amplios ventanales.
En la presidencia de honor, Salvador Sarabia, Leoncio Calle, Jaime Alonso, Ana Zorrilla, José Luis Corral, Agustín Cebrián y Carlos Pérez de Tudela.
Carlos Pérez de Tudela recibió un obsequio como atención a su presencia constante. Dio las gracias recordando los bellos momentos del pasado que recordamos con añoranza en contraste con los pesares presentes.
Lo propio se hizo con Agustín Cebrián, que agradeció la distinción y recordó a algunos de nuestros camaradas que hacen guardia en los luceros, como el inolvidable José Sáez Carrasco, "Godofredo".
J.A. Espada, de Acción Juvenil Española, hizo un discurso justificando el Alzamiento y llamando a la Unidad, que se ha concretado en la Coalición Nacional para las elecciones y otros actos comunes.
Jaime Alonso excusó la asistencia de Jaime Martínez-Bordiú Franco, que fue invitado cuando ya tenía otro compromiso anterior.
Habló de los próximos proyectos de la Fundación Francisco Franco, como denunciar a aquellos ayuntamientos, instituciones o personas que ataquen la memoria de nuestra historia y practiquen ese revanchismo tan estimulado por la mal llamada "Ley de Memoria Histórica", que pretende lo contrario.
Además, intervino el magistrado Don Luis Martínez Palomares, exponiendo lo que ha ocurrido en 13TV, donde Aes puso mucho dinero para conseguir un espacio patriótico e intervino la jerarquía eclesiástica para comprar la mayoría de acciones, vetar al patriotismo y defender al PP.
Y el gran organizador, Mariano Ceballos, que apoyado en una junta muy eficaz y colaboradora, mantiene la vigencia de estos actos que llevan ya muchos años de perseverante ejercicio.