Entramos en Ucrania, es necesario estar al lado de esta martirizada nación. Así que hacemos una visita, aunque sea sólo de un día.
Estamos en la Galicia de los Cárpatos, fundada por los galos que se establecieron en ella, como en la Galicia española. Y fueron un reino independiente. Siempre asociada con Polonia y con el Imperio Austro-Húngaro, con religión católica y una importante minoría judía desaparecida en la Segunda Guerra Mundial, cuando la invadieron los alemanes. Estuvo en manos soviéticas desde septiembre del 39 a junio del 41 y desde 1945 hasta la caída del comunismo y la desaparición de la Unión Soviética. Aquí no hay otros rusos que los que fueron desplazados durante esa ocupación. También los polacos que habitaban la región fueron expulsados en la época soviética.
Ocupa la parte más occidental de Ucrania y su capital es Leópolis, que suelen escribir Lviv. Fue conocida como Reino de Galicia y Ludomeria y también como Rutenia.
La región, llamada oblast, tiene 21.823 km cuadrados y más de 2.500.000 habitantes. La capital, Leópolis, cuenta con más de 717.000 habitantes.
Esta región es de mayoría católica, pero hay tres agrupaciones católicas: la latina, sobre todo por influencia del tiempo con polacos y austrohúngaros, la uniata de rito oriental, que se unió a Roma en la Unión de Brest, de 1596, y luego los grecocatólicos, así como unos pocos armenios.
Como los uniatas, grecocatólicos y armenios tienen un rito muy parecido al de los ortodoxos, hay que saber cómo distinguir unos templos de otros. Es muy sencillo, si hay imágenes esculpidas son católicos, pues los ortodoxos tienen iconos pintados, pero desde la herejía iconoclasta no tienen esculturas.
Además, advocaciones como la Virgen de Lourdes, el Sagrado Corazón de Jesús, nos indican claramente que estamos en templos católicos.
Realismo soviético, muy abundante en los países del Este de Europa. Colmenas donde se hacina la gente.
Restos de los bombardeos rusos de 2022.
Curiosos trolebuses, que sustituyeron a los antiguos tranvías.
También hay que comer. Y no es caro.
Hacemos noche en un pueblo del camino. Alojamiento para tres personas más desayuno, 40 € todo.
Cementerios como este los hay en todas los pueblos y aldeas. Paramos en uno de ellos para rendir homenaje a los caídos, toda una generación de jóvenes víctimas de la invasión rusa.
Así nos despedimos de Ucrania, en su parte más occidental y católica.






















































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