Respondiendo a la llamada de Nuestra Señora de la Cristiandad para peregrinar a Covadonga, hemos querido acercarnos al Santuario para compartir el final de una peregrinación que arrancó en la Catedral de Oviedo el sábado 27 y concluyó junto a la Santina el lunes 29. Ofrecemos un amplio reportaje fotográfico y videográfico del hecho.
Multitudes, en su mayoría jóvenes, pero también veteranos de largo recorrido, familias enteras, niños y mascotas, sotanas y roquetes, gentes de toda la Cristiandad, en especial franceses e italianos, banderas de diversas naciones o regiones con el Sagrado Corazón de Jesús, imágenes y estandartes, boinas rojas, cruces de Borgoña...
No hubo foto de familia final, quizá por ser tantos y porque esperaban los autobuses, pero sí la hubo por Capítulos. La mayoría de las que ofrecemos son del exterior, a la vez que la Basílica estaba llena de gente, a rebosar.
Por nuestra parte, no pudiendo asistir a las misas de primera hora, estuvimos en una de las que se dan en la Basílica a diario, así como visitamos Infiesto y su Cruz de los Caídos y el Puente Romano de Cangas de Onís, con la Cruz de la Victoria pendiendo de él. Y pudimos rezar el Santo Rosario en la Santa Cueva.
También visitamos la Catedral de Oviedo y el Museo Arqueológico. Vimos la lápida de los sacerdotes mártires de la persecución religiosa de los años 30.
Y el mítico Monte Naranco, con Santa María y San Miguel de Lillo, los albores prerrománicos de la Reconquista cristiana tras la invasión musulmana, que no dejó apenas ninguna iglesia en pie en toda la Península. Y la imagen poderosa del Sagrado Corazón de Jesús en la cima.
También en Gijón, donde está cerrado y en ruinas todo cuanto fue glorioso y precioso en un pasado muy reciente: la minería, la Universidad Laboral, el monumento y la iglesia de Simancas.. Pero quedan camaradas. Y queda un nuevo grupo de wasap de Asturias.
De vuelta, pasando por León para dejar al delegado propaganda con la que revitalizar la región.
Y justo a tiempo para llegar a Ferraz, 30 de Julio, Jornada 271. Seguimos inasequibles al desaliento.
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