64 Caídos por Dios y por España en Fuencarral ¡Presentes!

 

Cruz de los Caídos y Lápida con sus nombres en la iglesia parroquial San Miguel Arcángel del antiguo pueblo de Fuencarral.

Durante los primeros meses de la guerra civil, en el pueblo de Fuencarral fueron asesinadas 64 personas inocentes, simplemente por ser consideradas de derechas o estar afiliadas a asociaciones legales como AP, Falange o Acción Católica.

Los autores fueron los comités locales de milicianos formados por socialistas, comunistas y anarquistas, cada uno por su cuenta, que cometieron sus tropelías a discreción.

En el interior de la iglesia está la sepultura de uno de ellos, Epifanio Lozano Gamarra, de los pocos que tienen una sepultura digna y cuidada, pues la mayoría yacen en el olvido y la desidia.

En estas listas está una buena parte de ellos, aunque no todos.

También extendieron su actividad a algún pueblo vecino, como el de Pedrezuela, de donde se llevaron a su Secretario, Ramón Gómez de la Fuente, al que asesinaron a tiros cerca de Alcobendas, por lo que figura en el listado de asesinados de esta población.

O Como el Juez Royo, de Colmenar Viejo, que viajaba desde ese pueblo a Madrid cuando  interceptaron el autobús, lo bajaron y se lo llevaron hasta Chamartín de la Rosa, donde lo asesinaron. Los asesinos eran del Comité de la CNT de Fuencarral.

A partir del 1 de diciembre los vecinos iban siendo entregados a los Tribunales Populares de Madrid, que dictaron distintas penas, pero ninguna de muerte. Se trataba de propietarios y jornaleros que residían desde antiguo en el pueblo de Fuencarral, en el centro del pueblo, siendo muy de derechas en su mayoría. Había secciones de Acción Popular, de Falange y de las Juventudes Tradicionalistas. Hubo un mitin que dio María Rosa Urraca Pastor, al que asistió la Condesa de Rodezno, donde hubo incidentes causados por las turbas izquierdistas que rodeaban el centro del pueblo, cuyos habitantes eran emigrantes que trabajaban en obras y fábricas en la capital madrileña, con predominio izquierdista.

En Fuencarral había incluso un baile de Renovación Española, llamado "Ideal Unión".

Para que se vea lo ricos que eran los perseguidos por los milicianos del Frente Popular, cuyas organizaciones todas son legales hoy en día en España, o sea, PSOE, PCE, UGT y CNT, veamos lo que requisaron en casa de uno de los perseguidos:

"6 latas de sardinas, 1 botella de jerez, 1 kg de azúcar, 1/4 de kg de bacalao, 3/4 de kg de lentejas y 1 botella de aguardiente".

Interior de la iglesia parroquial hoy en día.

 

Además, fueron destruidas todas las imágenes de la iglesia parroquial, convertida en cárcel. Los propios presos derechistas fueron obligados a irlas destruyendo, o sea, que no fue una destrucción improvisada, sino planificada y ejecutada. Asimismo, fueron destruidas las imágenes de la capilla de Peñagrande y las del Santuario de Nuestra Señora de Valverde, que se convirtió en alojamiento de las Brigadas Internacionales. Lo mismo sucedió con el convento de la Divina Pastora y con las ermitas. El "odium fidei" era evidente.

Al terminar la guerra, los responsables de aquellos crímenes y latrocinios que pudieron ser encontrados fueron juzgados. 41 de ellos pagaron con sus vidas. Otros sufrieron diversas penas. Además de los que murieron en combate y algún socialista que murió por bombardeo de los comunistas en la miniguerra civil que protagonizaron en marzo de 1939, cuando el golpe de estado del Coronel Casado contra Negrín y los comunistas.

Hoy en día, aquellos Caídos por Dios y por España yacen en su mayoría en el Cementerio de Fuencarral, con gran deterioro de casi todas las tumbas.

La tumba de Francisco del Pozo García, Jefe Local de La Falenge Española, es la que está mejor conservada, destacando en el conjunto, muy próxima al monumento a los soviéticos muertos en España.

Emiliano de Cruz Gallego sólo tenía 20 años y también era de Falange.

El musgo cubre la mayoría de los nombres, a veces sólo quedan algunas cruces sin nombre, pero ¡Ante Dios no serás héroe anónimo!

N.B.- Para este trabajo hemos tomado algunas notas y listas del libro "Fuencarral y la 2ª República. La guerra civil y el primer franquismo", de Roberto Fernández Suárez, que se puede leer íntegro en 

Fuencarral durante la guerra