Tras una década de colaboración y lucha conjunta, nuestros camaradas descubren ahora que nosotros somos unos patéticos reaccionarios que convertimos en repugnantes las cosas bellas que tocamos.
Sin embargo, nada más patético y reaccionario que esos modales decimonónicos de "prima donna" despechada. Nada más alejado de la Dignidad del Hombre que proclaman en su comunicado, que zaherir a los viejos camaradas con denuestos y descalificaciones.
Todo porque el Movimiento Católico Español se adelantó en la solicitud del sitio y hora para el acto tradicional de la Plaza de Oriente. Cosa que no le impedía a La Falange participar en igualdad de condiciones en un acto del que las organizaciones falangistas se ausentaron durante 30 años y al que volvieron invitadas por el Movimiento Católico Español y por el Nudo Patriota Español, ya desaparecido, mediante la alianza de "La España en Marcha", que la misma Falange dio por agotada cuando así lo decidió, aunque la colaboración entre los grupos se mantuvo. Hasta el año pasado, en el que La Falange, unilateralmente, se apoderó del acto y le dio un giro significativo en su contenido, desapareciendo elementos tan relevantes como la Oración, el Águila de San Juan, Franco, la bandera del Requeté, el Himno del Oriamendi y Cristo Rey, cerrando el acto con el Cara al sol en vez de con el Himno Nacional, que prácticamente nunca usan en sus actos. Además de convertir un acto de todos y para todos en un acto partidista, con intervención exclusiva de sus oradores.
Por eso el Movimiento Católico Español decidió asumir su responsabilidad en la salvaguarda de los valores inherentes a un acto que tiene su propia personalidad, ligada a una tradición de medio siglo, desde las convocatorias que presidía el Caudillo, asomado al Palacio Real. Y es ese carácter propio del acto el que no gusta a quien ha redactado el comunicado de La Falange. Comunicado que no refleja el sentir de muchos falangistas, como así nos lo han hecho saber algunos.
Por lo demás, el Movimiento Católico Español no variará sus convicciones ni su trayectoria. Consideramos el nacionalsindicalismo como una seña de identidad propia, sin que tengamos por qué compartir ciertas interpretaciones sectarias, tenemos el máximo respeto por la Falange histórica y por la actual también, con la que hemos compartido tantos momentos de lucha y camaradería. Seguimos propicios al entendimiento entre los patriotas, al acuerdo y el pacto de caballeros, a la colaboración en pie de igualdad, sin sumisiones ni vasallajes de nadie.
Nosotros seguimos con la mano alzada y abierta.
¡POR DIOS, LA PATRIA Y LA JUSTICIA! ¡ARRIBA ESPAÑA! ¡VIVA CRISTO REY!
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