Casi al final llegó Carmen Imaz, hija del comandante Imaz, asesinado por ETA en Pamplona, que trajo unas flores que también se colocaron en el monumento.
Previamente se celebró una Misa según el rito de San Pío V celebrada en la Iglesia de Santiago, cantada De Angelis y oficiada por el Ilmo. Sr. Canónigo Don Francisco Escámez Mañas. Correspondía la Festividad de la Asunción de la Virgen y el sacerdote habló de la persecución religiosa tan cruenta y del testimonio de los mártires, dos de ellos beatificados y uno con un cuadro en la misma parroquia. Entre los asistentes, Carmen Imaz y varios miembros de la familia De Meer.
El Beato Juan José Vivas-Pérez Bustos, uno de los mártires de La Garrofa. El cuadro se venera en la iglesia de Santiago.
Después se celebró una comida de hermandad. Aunque la asistencia se ha visto reducida este año por causa de la pandemia, el programa se ha ampliado y enriquecido, siendo muy grato el evento para todos los asistentes.
José Luis Corral pronunció unas palabras al final de los postres para agradecer la asistencia y animar en el compromiso patriótico, conscientes de que llevamos en nuestras vasijas de barro el tesoro precioso de nuestros sagrados ideales, un tesoro de civilización y de ciencia política que suponen la auténtica alternativa a un sistema democrático totalitario y cada vez más amenazante para nuestra Patria. Unos ideales que se expresan en nuestros símbolos, canciones y liturgia patriótica para mejor vivirlos, pues no se trata sólo de ideas artificiales o teóricas, sino de ideales vivos, regados con la sangre de nuestros mártires, el heroísmo de nuestros soldados, la ciencia de nuestros sabios y la gracia y la santidad de nuestros santos.
Por último, una piadosa visita al Barrando del Chisme, donde un sencillo monolito recuerda el martirio de los obispos de Almería y Guadix, así como de los religiosos asesinados en este lugar.
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