martes, 12 de mayo de 2020

El contagioso virus del totalitarismo

 El contagioso virus del totalitarismo, por José Luis Corral.

En el siglo XVIII los crímenes se cometieron en el nombre de la Diosa Razón; en el XIX fue por la Libertad; en el XX, por la Justicia; y en el XXI,  por la Prudencia.
So pretexto de un misterioso virus, posiblemente diseñado, pero desde luego aprovechado para infundir el terror en las masas, los distintos gobiernos han elaborado maquiavélicos planes para someter a la ciudadanía y, particularmente, a la Iglesia Católica.
Así están ahora los cristianos, amordazados, separados, incluyendo en la liturgia los caprichos del amo totalitario. ¡Cómo deben regocijarse las logias! 
La gente, cautiva en sus casas. El Gobierno les dice dónde pueden ir, cuándo, cómo y a qué, tal que  rebaño bien educado.



Guillotina en el XVIII, Bayoneta en el XIX, Hoz y Martillo en el XX y Mascarilla o Mordaza en el XXI.

Los ancianos, principales víctimas del virus, descartados. A las residencias, por orden del Superministerio del señor Iglesias, bendecido por el Padre Ángel, sólo llegaban sedantes y morfina, pero no medicamentos, ni respiradores, ni ambulancias para traslardarlos a hospitales.
No es una contaminación química o radiactiva, luego el virus no está en el aire libre, sino en las personas y en algunas cosas que hayan estado en contacto con personas portadoras. Luego lo que hay que evitar es el contacto, no la circulación por los espacios libres, que han sido reducidos de forma temeraria.
Nadie nos explica el proceso del contagio, ni hay un estudio epidemiológico que establezca cómo, cuándo y dónde se contagiaron los enfermos, o parte de ellos. Sabemos, sí, por fuerza de las cosas, que la mayoría se contagian en los centros hospitalarios y en las residencias donde hay muchos ancianos "almacenados", aunque me desagrade usar esa palabra.
Pero a tenor de las disposiciones, parece ser que no se contagia la gente en los supermercados, ni en el transporte, ni en las fábricas. Pero sí se contagian en misa, al parecer, aunque no sepamos de nadie que se haya contagiado rezando en un templo.
Ah, pero LA PRUDENCIA es necesaria. Por si acaso, aunque el Decreto de Alarma en su artículo 11 permitiera expresamente los actos de culto, la inmensa mayoría de los Obispos cerró los templos y prohibió el culto público a Dios, contra el Primer Mandamiento de la Ley de Dios. Visto el talante colaboracionista de los Obispos, exceptuado el Obispo de Alcalá, Monseñor Reig Pla, que merece citarse por mérito propio, y algún otro tímido gesto de los de Oviedo, Granada, Córdoba y Valencia, el Gobierno se ha decidido en un nuevo Decreto a dictaminar cómo tienen que ser las misas. Alguno, como el Ciudadano Juan Marín, ignoto Vicepresidente de la Junta de Andalucía, se ha atrevido a dictaminar que no debería repartirse la Sagrada Comunión.
Además, el Totalitarismo en curso ha dictaminado que quedan prohibidos los actos de culto al aire libre, incluso si es en recintos eclesiásticos. 
Ya de paso, se ponen los servicios secretos en manos de los marxistas revirados, desmantelan la educación concertada, especial y diferenciada, imponiendo su modelo ideológico, se legaliza la okupación de las viviendas particulares, se censuran las comunicaciones y se vigila a todo el mundo, sin que falte la promoción de la delación y la denuncia, tan propios de los totalitarismos.
En su delirio totalitario, el Gobierno persigue de facto a ciudadanos que llevan banderas de España en sus coches y pretende prohibir el Himno Nacional tras los aplausos que están sirviendo de catarsis colectiva a un pueblo encerrado, engañado y cada vez más cabreado.
 
 Mientras, ahí está el Alcalde de Madrid, tan sonriente, tan educadito, tan dicharachero en el hablar, entre una España mutilada en su escudo y una república soviética de bandera roja con estrellas de cinco puntas; y de fondo, un señor que reina, pero no gobierna. Pues sí, tan formalito, tan de colegio de pago, tan de misa exclusiva con el Cardenal, pero tan totalitario como los demás.
Su policía municipal, saltando las vallas de la Parroquia de San Jenaro cual subsaharianos en Ceuta y Melilla, interrumpiendo la Vigilia Pascual en Nuestra Señora de Sonsoles, intimando a los curas de la Fraternidad de San Pío X, todo sin orden escrita de nadie que se haga responsable.
Y cerrando los Parques, como el Retiro, la Casa Campo o el Monte del Pardo, el del Oeste y todos los demás, como si fueran suyos particulares. Como si las esporas y el polen de las plantas transportaran el Covid-19. Como sigue cerrado "Madrid Central", un madrid de gueto, ordeno y mando, multa y tentetieso. Quítate tú, Carmena, para ponerme yo, que voy a hacer lo mismo que tú. 
Como si la familia que vive junta se pudiera contaminar en su coche, pero no en su casa. Como si pudieran contaminarse en su segunda residencia, pero no en la primera. Como si el mar, la playa, el campo, la montaña, albergaran el virus en sus entrañas. 
De rebote, la ruina económica. Pero eso es lo que quieren, si nos atenemos a sus hechos. Que seamos pobres, sumisos y obedientes.
Entre el totalitarismo y la estupidez, apañados vamos. Es hora de luchar y salir a las calles, a demostrarnos a nosotros mismos que somos libres, que somos españoles y católicos a machamartillo. No espera menos de nosotros la legión de santos hispanos, mártires y caídos que nos precedieron, también los olvidados sin entierro ni funeral de esta pandemia. Son docenas de miles. Sea por ellos!

 María, Auxilium Christianorum, Ora pro nobis.

1 comentario:

  1. Totalmente de acuerdo José Luis. El PP y Ciudadanos son marcas blancas marxistas, que caminan más despacio que el PSOE y Podemos, pero que prestan su apoyo a aquellos si la velocidad no es la adecuada. Todos saben que su objetivo es el totalitarismo comunista.

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