martes, 1 de octubre de 2019

El Alcázar no se rinde

 Un año más, se ha celebrado con toda solemnidad el aniversario de la Liberación del Alcázar de Toledo, que resistió con heroísmo de militares, guardias civiles, falangistas y civiles un asedio de más de dos meses contra fuerzas muy superiores en número y que disponían de artillería, aviación y hasta una mina que hicieron estallar días antes de la liberación, derrumbando un torreón y parte de los muros. Aquel episodio bélico es recordado en las academias militares de todo el mundo y la admiración por quienes defendieron la fortaleza es unánime, habidas las circunstancias de hacinamiento, falta de alimentos y tórrido calor de verano que hubieron de soportar, además de la lluvia de proyectiles y el ruido ensordecedor que producían los cañonazos, regulados día y noche para impedir dormir a los defensores.


 El patio de armas, presidido por la estatua del Emperador Carlos V, que ordenó la construcción del Alcázar, se llenó de numeroso público, familiares, amigos, camaradas y admiradores de los defensores.
 Al comenzar, se entregaron las medallas, con sus collares correspondientes y sus diplomas, a 130 nuevos hermanos de la Hermandad de Defensores de Santa María del Alcázar.
 Se ofició la Santa Misa en sufragio por los fallecidos durante el asedio y después, así como por los hermanos de la cofradía fallecidos últimamente.
 Presidió y concelebró el Deán de la Catedral, Padre Juan Miguel Ferrer Grenesche, junto a los Padres Fernández y Próculo. El Deán criticó la corrupción, tanto del pueblo como de los dirigentes, que se influyen mutuamente. Como decía el Evangelio del día, "se acabará la orgía de los disolutos". Al terminar la Consagración, la Banda de Música interpretó el Himno Nacional.


 En la Presidencia, el General Director del Museo del Ejército, albergado ahora en este Alcázar, General Antonio Rajo Moreno, el Hermano Mayor, Ricardo Alba, el Conde del Alcázar de Toledo, General José Luis Moscardó y Morales-Vara del Rey, entre otras personalidades. Tras la Misa, la Banda de Música interpretó el Himno de la Guardia Civil y el Himno de Infantería, que fueron cantados por muchos de los presentes.
La tumba del Coronel Moscardó y el resto de la cripta pudieron ser visitados antes de la Misa. Yace el ilustre finado junto a su esposa y sus hijos, dos de los cuales fueron fusilados por los rojos, sólo por ser hijos de él, llamándole por teléfono y poniendo al teléfono a Luis para que comprobara que era rehén de los rojos. Tan indigno proceder de uno de los bandos se corresponde con el noble proceder de los defensores, actitud que se mantuvo durante toda la contienda. Las defensas épicas las hicieron los nacionales, nunca los rojos.
 Una banda infantil, perfectamente uniformada, encabezó la procesión que partiría desde el Alcázar hasta la Catedral Primada de las Españas. Perfectamente uniformados, posan bajo la estatua del Emperador Carlos I de España y V de Alemania.
 Mientras, los jóvenes y menos jóvenes que se ofrecieron como porteadores, reciben las últimas instrucciones.
Buen sitio para reencontrarse dos viejos amigos, Antonio Muñoz Perea, abogado y yerno de Blas Piñar, dirigente de Fuerza Joven cuando José Luis Corral era un escuadrista.
 Al fin, la Virgen del Alcázar sale por la puerta principal, sonando otra vez el Himno Nacional.
 El trono de la Virgen es una reproducción del mismo Alcázar tal y como quedó al final del asedio.
 La imagen bajó luego por la Cuesta de Carlos V hasta la plaza de Zocodover, Plaza Mayor de Toledo.
Gente de Toledo y turistas, muy numerosos para visitar la Ciudad Imperial, con tantos atractivos, arte, monumentos e historia, se pararon para presenciar el paso de la Virgen. Muchos preguntaban y se les respondía: "Celebramos la Liberación del Alcázar de Toledo por las tropas de Franco".
 La Virgen pasó ante la fachada principal de la Catedral, una de las joyas del gótico conocida universalmente.
Tras ella, el Deán y la Junta de Gobierno de la Hermandad.
La entrada se produjo por una portada lateral, de hechura renacentista.
 El plateresco también se arrimó para engrandecer esta hermosa Catedral.
 Y la Virgen Santa María del Alcázar llegó a su capilla, donde descansa todo el año hasta su Fiesta.
Ahí queda el Altar Mayor, tan grandioso que se necesitarían muchas páginas para describirlo.
 Por fin, la Comida de Hermandad, en el restaurante del mismo Alcázar, que se abarrotó y a la que no pudieron asistir muchos otros que lo hubieran deseado, aunque no les faltó dónde en la acogedora Toledo.

Guardados por cañones antiaéreos, los comensales dieron buena cuenta de la suculenta comida. En primer plano, los malagueños Juan León, Juan Solano y Jorge Torrealba.
A los postres, el Doctor Lorenzo Morata, niño del Alcázar durante el asedio y uno de sus mejores estudiosos y divulgadores, escritor riguroso y ameno, también poeta, relató algunas vivencias de aquel tiempo, como los proyectiles que estallaron incluso en los respiraderos del sótano y la mina, salvándose milagrosamente muchos y él mismo. Sollozos de emoción, memoria y lealtad correspondidos con sentidos aplausos.
Y el General Coloma, sobrino de quien fuera Ministro del Ejército con Franco, que se confesó también niño del Alcázar, pues estudió en la Academia de Infantería, trasladada enfrente, pero con el mismo espíritu, que recién jubilado se ha adherido al manifiesto de los militares en reconocimiento al Generalísimo Franco. Gran parte de su carrera la hizo en la Legión, donde es uno de los jefes más reconocidos por sus subordinados.
Cerró el Hermano Mayor, Ricardo Alba, hijo del Defensor Ricardo Alba Navas y sobrino del mítico Capitán Alba, profesor de gimnasia y gran atleta, que cruzó el río Tajo de noche a nado para intentar enlazar con las avanzadas nacionales y que fue reconocido por un miliciano y fusilado. Ricardo Alba animó a todos a seguir haciendo crecer la Hermandad para poder mejor servir a Dios y a España, sobre todo en estos tiempos críticos, cuando tratan de desenterrar al Caudillo de su tumba en el Valle de los Caídos.
El acto terminó con el canto del "Himno del Alcázar", con la megafonía a gran volumen, vibrante y rotundo: "Demostrando a los rufianes que sabremos resistir".

2 comentarios:

  1. Muchas gracias por el amplio reportaje fotográfico.
    En alguna, aunque lejos, he podido verme.
    Solo un apunte, el Hermano Mayor Ricardo Alba es hijo del defensor del Alcázar Ricardo Alba Navas (hermano del Capitan Alba)
    Un saludo

    ResponderEliminar

Genial

¡Estamos aquí para ayudarte! No dudes en preguntar. Haga clic a continuación para iniciar el chat.
MCEAJE Administrador
34607732328
mceaje.blogspot.com
MCE AJE
Hola 👋
¿Qué necesitas consultar?
×