2000 fieles abarrotaron la vetusta Catedral gótica de Oviedo para asistir a la Beatificación de los 9 seminaristas asturianos, presidida por Su Eminencia el Cardenal Becciu, Prefecto para la Sagrada Congregación de la Causa de los Santos y legado del Papa Francisco.
Hay que recordar que durante la Revolución de 1934 también fue volada la Cámara Santa de la Cateral de Oviedo por los mismos revolucionarios marxistas.
Ha tenido lugar en la Catedral de Oviedo la ceremonia de Beatificación de 9 seminaristas mártires de la persecución religiosa que se cernió sobre España en los años 30 del siglo XX, concretamente durante la Revolución de Asturias de 1934 y en la Guerra Civil, en 1936 y 1937. Tenían entre 18 y 25 años. 6 fueron asesinados el 7 de octubre del 34. Los otros 3 en 1936 y 1937. La historia del martirio de Ángel Cuartas y 8 compañeros mártires puede leerse aquí:Historia seminaristas mártires
Eran jóvenes de familias honradas, humildes y trabajadoras, campesinos y mineros. Eran inocentes.
Las reliquias de los mártires fueron llevadas en procesión por un diácono, seguido por seminaristas con ramas verdes.
Las reliquias iban guardadas en la Caja de las Ágatas, donada por el Infante Fruela en el año 910. Saqueada en 1934, fue robada nuevamente en 1977, como un signo de la desventura que acompaña el advenimiento de las democracias.
El Cardenal Becciu fue bien explícito en su homilía:
"Siempre se mostraron decididos a seguir la llamada de Jesús, a pesar del clima de intolerancia religiosa, siendo conscientes de las insidias y de los peligros a los que se enfrentarían. Supieron perseverar con particular fortaleza hasta el último instante de sus vidas, sin negar su identidad de clérigos en formación. La afirmación de la condición de ser clérigos equivalía a una sentencia de muerte, que podía ejecutarse inmediatamente o ser retrasada, si bien no había ninguna duda sobre el destino que esperaba a los seminaristas una vez que habían sido identificados".
".. estos jóvenes aspirantes al sacerdocio, capturados y presa de la furia asesina revolucionaria anticristiana".
" Ellos nos recuerdan que el amor por Cristo prevalece sobre cualquier otra opción y que la coherencia de vida puede llevar incluso a la muerte. Nos recuerdan que no podemos aceptar componendas con nuestra propia conciencia y que no hay autoridad humana que pueda competir con la primacía de Dios".
" Necesitamos sacerdotes, personas consagradas, pastores generosos, como estos mártires de Oviedo. Necesitamos sacerdotes honestos y irreprensibles que lleven las almas a Dios y no causen sufrimiento a la Iglesia ni turbación al pueblo de Dios."
Su homilía completa puede leerse en:
Homilía Cardenal Becciu
Con el Cardenal Becciu concelebraron el titular de la Archidiócesis, Monseñor Jesús Sanz; el Presidente de la Conferencia Episcopal, Cardenal Blázquez; el Arzobispo de Pamplona, Monseñor Francisco Pérez González; el Obispo de Sigüenza- Guadalajara, Mons. Atilano Rodríguez Martínez; el Obispo de Astorga, Mons. Juan Antonio Menéndez Fernández; el Obispo de Santander, Mons. Manuel Sánchez Monge; el Obispo de Orense, José Leonardo Lemos Montanet; el Obispo auxiliar de Madrid, Mons. Juan Antonio Martínez Camino; y el Obispo auxiliar de Santiago de Compostela, Mons. Jesús Fernández González.
156 sacerdotes concelebraron también.
El Coro realzó la solemnidad del acto con sus cantos.
Magnífica imagen de la nave central y el altar mayor en el momento de la Comunión.Comunión que fue participada masivamente por un público entregado y fiel, entre ellos 130 familiares de los seminaristas mártires.
El propio Cardenal Becciu repartió la Sagrada Comunión en el centro de la nave, al pie del presbiterio.
Pero también en las naves laterales y en las capillas se repartió con idéntica afluencia.
Pocas autoridades civiles, ninguna de relieve.
Pero las hubo morales, de mucha más enjundia. En este lateral, tras los presbíteros concelebrantes, puede verse a los representantes de la Hermandad de Mártires de Paracuellos, Agustín Cebrián y María Luisa Álvarez, así como a José Luis Corral, Jefe Nacional del Movimiento Católico Español. En medio, el Padre Manuel Peláez González, que concelebró desde su silla de ruedas.Don Manuel Peláez es un sacerdote muy respetado y querido. Todos los sacerdotes venían a saludarle, besar su mano y mostrarle afecto. En la imagen, saludado por Agustín Cebrián.
Y en la calle, con María Teresa Morán, gijonesa de la Adoración Perpetua y de todo lo bueno.
Carlos Pérez de Tudela con patriotas asturianos, felices bajo la soleada mañana ovetense, ante la imponente torre catedralicia, visible desde muchos kilómetros alrededor.
Junto a uno de los vestigios más antiguos de la que fue capital de la Reconquista cristiana.
Al lado, el Arzobispado, que nos dio toda clase de facilidades para desarrollar nuestra tarea informativa. Con sus banderas, española, asturiana y vaticana. Como debe ser.
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