Misa y Ofrenda a los Caídos en Paracuellos

 El 7 de Noviembre fue el día que más gente murió asesinada en Paracuellos del Jarama, durante aquel inacabable y trágico mes de 1936. Por eso, desde antiguo se ha conmemorado este día de una forma especial.
Este año ha vuelto a celebrarse la Santa Misa. Al caer en día de diario se nota la ausencia de jóvenes y niños, pero aun así, el recinto se ha visto desbordado por la afluencia de público. Ofició el Capellán, Padre Manuel García, que se vio acompañado en esta ocasión con un representante de los salesianos, el Padre Atanasio Serrano, párroco de San José en Alcalá de Henares.
Como suele hacer en cada Misa, Don Manuel habló de algunos de los mártires enterrados en este inmenso Camposanto, Catedral de los Mártires, como la definió el actual Obispo, Don Juan Antonio Reig Pla, que hará su visita pastoral el domingo 18 de Noviembre.
En esta ocasión, el Capellán eligió el testimonio de algunos salesianos, tras recordar que con las próximas beatificaciones de Barcelona son ya 1.891 los mártires beatificados, 16 de ellos santos ya.
Recordó que a Francisco José Martín López le llamaron "frailazo" y "fascista" al detenerlo.
Y aquel coloquio santo entre los salesianos Justo Juanes y Manuel Pérez, con la conclusión: "Coincido con usted. Triunfará la Causa de Dios".

 Como siempre, la Oración de los Mártires y el Himno de los Mártires. Además del canto "Un mandamiento nuevo". Para terminar, la Salve y el recuerdo de que se obtiene Indulgencia Plenaria en este santo lugar, que pronto contará con un Sagrario permanente.

 El día, cerrado y nuboso con lluvia intermitente, se fue abriendo hasta lucir el sol, mientras las nubes tomaban fantásticas formas que realzaban más la belleza sencilla del lugar, sobrecogedor y pacífico, a pesar del ruido de los aviones de Barajas, que alguien ha decidido que ahora despeguen por este lado, perturbando no poco el silencio sepulcral de este lugar donde yace tanta gente buena.

 Ante el monolito, ofrenda floral y reposición de la bandera principal, desgastada tras un año a la intemperie.

 Responso, Oración, la Corneta tocando "La muerte no es el final" y el "Himno Nacional de España".

 Al final, espontáneo, surgió el "Cara al sol". Las sombras alargadas de los presentes dan fe de que el astro rey no quiso perderse ceremonia tan emotiva y solemne.

Lugar de reencuentro también de camaradas veteranos, inasequibles al desaliento, felices de saberse unidos en comunión de los mismos ideales. Eso fue el Movimiento Nacional, la Comunión de los españoles en los ideales de la Cruzada. Y lo sigue siendo.