Sacar a Franco de su tumba, pecado de suma impiedad y crimen de lesa Patria. El Rey pierde la legitimidad de ejercicio.
Por José Luis Corral
soportar pacientemente las injurias contra Dios es la suma impiedad (Santo Tomás, Suma Teológica, II-IIae-q.136, art.4 -obje 3ª)
La piedad y el Generalísimo
La piedad es la virtud que nos impulsa a dar culto a Dios y derivadamente a cuanto de Él procede o se ordena.
Por eso, cuando se pretende profanar la tumba del Generalísimo Franco, Caudillo de España, arrancándolo de la tumba donde descansa su cuerpo mortal, se ofenden con toda intención a su persona, al lugar sagrado donde se encuentra, y a sus deudos, entre los que nos encontramos millones de españoles, simplemente para satisfacer ansias de odio, revancha y venganza de quienes fueron sus enemigos o de quienes se solidarizan con los principios ideológicos de aquellos a los que este militar glorioso, enviado de Dios, derrotó en una Cruzada Nacional de Liberación. Se ofende también al Ejército español, cientos de cuyos generales, almirantes y jefes han publicado un manifiesto en contra de desenterrar al que fue su Jefe. Y ofende a la Legión, cofundada también por él.
A este Caudillo debe la Iglesia su salvación en España, cuando estaba sometida a una cruel persecución que erradicó el culto católico, asesinó a 7.000 obispos, sacerdotes y monjas, arrasó total o parcialmente 20.000 iglesias, conventos, seminarios y edificios religiosos e hizo de la blasfemia y el odio a Dios su característica más notable. Un odio que ya se había hecho notar en Rusia 20 años antes, en la Revolución que inició el mayor holocausto de toda la historia de la Humanidad, el Comunismo, causante de más de 100 millones de muertos.
Franco fue el héroe que encabezó a una Nación en un Alzamiento, una Nación que no se quiso dejar matar, que ejerció su derecho a la legítima defensa contra un Frente Popular violento, revolucionario, que se hizo con el poder mediante violencias y coacciones que lo deslegitiman para cualquier concienca honrada, pero no para el Gobierno Socialista de Pedro Sánchez y su minoría de 84 diputados, encaramados al poder por el apoyo de su nuevo Frente Popular, comunistas y podemitas, tal para cual, separatistas y cómplices del terrorismo. Igual que en 1936.
Por tanto, la Iglesia Católica debe el máximo respeto y consideración a aquel Caudillo bendecido por todos los Papas y Obispos de su tiempo, el que más ha hecho por la Iglesia Católica desde Felipe II.
Además, se corresponde con todas las tradiciones y usos culturales que el impulsor y creador de una obra de este tipo, como lo es el Valle de los Caídos, el monumento arquitectónico más espectacular de todo el siglo XX en el mundo, con la Cruz más alta del orbe, sea enterrado en el mismo. Por eso se hizo y se ha mantenido con toda naturalidad. Y con la misma austeridad que caracterizó su vida de cristiano ejemplar, de hombre sin vicios, una sencilla lápida que cubre la fosa, con sólo su nombre y primer apellido.
De forma que sacarlo de su tumba, en la que lleva 43 años, es un pecado, un acto deliberado de ofensa a Dios, a la Iglesia y a sus más excelsos defensores. Un pecado de suma impiedad.
La barbarie de destruir las tumbas
Sacar a un Jefe de Estado de su tumba es un acto de barbarie desconocido en el mundo civilizado. No tiene precedentes en tiempos de paz. Sólo en las turbulencias revolucionarias son posibles desmanes propios de talibanes fanáticos. Y es verdad que profanar tumbas y mofarse de los esqueletos ya lo practicaron los mismos rojos, con las mismas siglas que siguen gastando sin que se les caiga la cara de vergüenza a los partidos más criminales, mentirosos y ladrones de la Historia de España, PSOE y PCE.
Ya saquearon en periodos revolucionarios los panteones reales de la Corona de Aragón de Ripoll y Poblet. Y los franceses revolucionarios de Napoleón hicieron añicos el túmulo funerario del Gran Capitán que estaba en los Jerónimos de Granada, semejante al de los Reyes Católicos en la Capilla Real de Granada. Iban entrenados, pues ya profanaron las tumbas de los Reyes franceses en Saint Denis. O sea, que ya hay precedentes.
Profanar tumbas es propio de revolucionarios destructores de la Civilización, de bárbaros sin escrúpulos.
También los monjes
El Decreto Ley convalidado por el Congreso, sin mayoría absoluta y con la cobarde abstención de la derecha montaraz, determina con claridad, aunque sea antijurídico, que en el Valle de los Caídos sólo pueden estar personas muertas en la guerra. Es así que hay un cementerio de los monjes de la Abadía, desde el Abad Fray Justó Pérez de Urbel, que tiene un digno sucesor en el Prior actual, Fray Santiago Cantera, luego los cadáveres de los monjes también serán exhumados si se cumple la iniquidad que pretende el tal Decreto.
Pero no es ningún secreto que los tenaces enemigos de la España Católica, que aborrecen a la Iglesia y su moral, no se contentarán con el cadáver de Franco. Buscan expulsar a los monjes, derribar la Cruz más grande el mundo y arruinar todo el conjunto.
Del mismo modo que buscan sustituir la Monarquía, la bandera y el Himno de España por símbolos que les gustan más.
El Valle de los Caídos lo costearon y mantienen los franquistas
No podemos dejar pasar por alto que si el recinto pertenece al Patrimonio Nacional y por tanto al Estado, es porque esa se consideró la mejor fórmula por parte de quienes lo erigieron, ya que fue costeado sin recurrir a los Presupuestos Generales del Estado, tan sólo con los donativos que dieron los franquistas, primero con los sobrantes de los donativos para la Cruzada y después con cuestaciones reiteradas, loterías y donativos. Además, con el pago de entradas, cuestaciones en las misas, sufragios y consumiciones en hospedería y bares. Y muy principalmente con el trabajo de la Comunidad Benedictina. Que este Monasterio y todos se mantienen por la presencia de estos humildes, sabios, pobres y esforzados monjes. ¿No decían los sociatas y comunistoides que la tierra para el que la trabaja? Pues el Valle para los que lo cuidan, defienden, mantienen y quieren.
Si en su construcción se emplearon algunos presos que voluntariamente se quisieron beneficiar de la redención de penas por el trabajo, en condiciones humanas, con salarios iguales a los trabajadores libres, pudiendo instalar allí a sus familias y salir a los pueblos próximos, es por un sentido cristiano, histórico y patriótico de la reparación. Justo era que los que habían destruido tanto contribuyeran a construir algo. Lo mismo que ocurrió con las campanas de Santiago de Compostela. Almanzor hizo que se llevaran a hombros hasta Córdoba por esclavos cristianos. Del mismo modo volvieron de Córdoba a Compostela cuando Fernando III El Santo reconquistó aquellas ciudades del Guadalquivir. Pero claro, no volvieron a hombros de cristianos, sino de musulmanes.
Aprendan la lección los actuales gobernantes de la secta democrática socialcomunista, no sea que pasando un tiempo se vean obligados ellos a cargar con las campanas a hombros y rehacer lo que deshicieron. Algo similar ya ha ocurrido con el General Sanjurjo, desenterrado de la Cripta de los Caídos de Navarra, lo que ha sido desautorizado por un juzgado.
Crimen de lesa Patria
Es por ello que los torvos propósitos del gobierno socialista que preside un Doctor de pitiminí, nieto de un general de Franco, constituyen un crimen de lesa Patria, porque ofenden a un Héroe de la Patria, Generalísimo invicto de los Ejércitos de Tierra, Mar y Aire, gobernante y Jefe del Estado, reconocido por la inmensa mayoría de las naciones del mundo, benefactor de los españoles y que cuenta con el amor, el respeto y el agradecimiento de muchos españoles, entre los que yo me cuento.
Ofenden a la integridad de un monumento espectacular y orgullo de nuestra Patria, ofenden a los católicos que no se han dejado seducir por el progresismo pánfilo y herético, ofenden a los militares, a los legionarios y a los millones de españoles que aclamaron a Franco en vida y después de muerto, no sólo en su velatorio, funerales y entierro, sino por más de cuarenta años en la Plaza de Oriente y en todas las provincias, caso único en el mundo.
No sólo pretenden profanar su cuerpo, sino multar y encarcelar a los franquistas, como se dice claramente en la ley que quedó sin entrar en vigor, propuesta por ellos en diciembre de 2017 y sobre la que ya escribí un artículo titulado "El PSOE promueve una Ley de Venganza Histórica", que publiqué en el blog de Acción Juvenil Española en enero de 2018.
El Rey pierde la legitimidad de ejercicio
El llamado Felipe VI, según el modo de decir que tenían los carlistas con los reyes de la dinastía ilegítima, tiene de por sí una dudosa legitimidad de origen, pues la legitimidad de origen de la actual Monarquía nace del Glorioso Alzamiento Nacional del 18 de Julio de 1936, cuyas Leyes y Principios Fundamentales juró el heredero nombrado por Franco, Juan Carlos de Borbón (o de Puigmoltó si somos rigurosamente fieles a la estirpe genética), pero como Juan Carlos incumplió esos juramentos, derrocando aquel Régimen de Monarquía Católica, Tradicional, Social y Representativa, sustituyéndolo por una Monarquía democrática, parlamentaria, liberal, capitalista, masónica y mundialista, que se plasman en una Constitución atea y antinacional, que es la que ha jurado el llamado Felipe VI, su legitimidad de origen es más que dudosa. Pero la legitimidad de origen puede subsanarse con la legitimidad de ejercicio, si se gobierna bien, con conformidad con la Ley de Dios, favoreciendo a la Nación, al pueblo y el bien común.
Al firmar este Decreto inicuo, este Rey, siquiera Jefe de Estado "de facto", por más que se convierta en un adorno y una coartada, se hace cómplice del pecado de suma impiedad y del crimen de lesa Patria. Por lo que si se llega a practicar, su legitimidad de ejercicio queda perdida.
Y ahí está Luis Alfonso de Borbón, biznieto de Alfonso XIII y de Franco, Presidente de la Fundación Nacional Francisco Franco. Por si acaso, que nadie es insustituible.
Otras posibles consecuencias
Los socialistas ya han empezado a sentir en su cogote el aliento de los patriotas. Muchas de sus sedes han sido "atacadas", según ellos. Simplemente han recibido algunos mensajes en sus lujosas sedes, más propias de multinacionales capitalistas, que es lo que son.
Pero también el ánimo de muchos patriotas se está viendo provocado y exacerbado. Las consecuencias podrían ser dramáticas.
El silencio de los cuarteles tampoco debería llamar a engaño a los socialistas. Puede ser la calma que precede a la tempestad.
Por otra parte, parece avecinarse un largo calvario judicial para el gobierno socialista por esta medida, cuando los frentes se le multiplican, el separatismo se envalentona, la crisis se agudiza, la invasión se agranda y los tumores del cuerpo social erupcionan. Podrían juntarse el hambre y las ganas de comer.
De momento, Pedro Sánchez, con su demagogia antifranquista, ha conseguido desperezar y despertar al franquismo, que parecía desaparecido para los poco enterados. Se multiplican las visitas al Valle de los Caídos, se celebran actos y manifestaciones, Franco está más presente que nunca desde 1975.
El traslado de Franco, así como su enterramiento en otro lugar, provocará nuevas y masivas manifestaciones de adhesión, eso no hay que dudarlo. El Gobierno socialista conseguirá que además del Valle de los Caídos, que seguirá siendo un lugar de peregrinación, haya otro más, posiblemente mucho más cercano y accesible que el lejano valle serrano de Cuelgamuros.
Y se amontonarán los conflictos, los pleitos, las manifestaciones, muestras de duelo, intentos de profanación nuevos, de los que se echarán la culpa todos los partidos entre sí.
Vamos, que Pedro Sánchez ha destapado la caja de los truenos.
Nos volverán a enfrentar!!.. Y como siempre provocado por los mismos perros!!
ResponderEliminarSe puede decir más alto (con altavoces), pero no más claro. Enhorabuena por este artículo que entiendo como OBRA DE CARIDAD.
ResponderEliminar¿Podría enviarse este artículo al infame eunuco purpurado Osoro? Supongo que el muyyyyyyy maricomplejín se lo pasaría por el forro del capelo.
ResponderEliminarMas accesible puede, mas BARATO seguro!
ResponderEliminarTenemos que ser más activos. El llamamiento a Misa los domingos es importante. Valor de Ley.
ResponderEliminar