Celebración
1
de Abril de 2018
Pablo
Gasco de la Rocha
Coincide
honrar esta fecha al unísono con la celebración de la Pascua de Resurrección
del Señor, y por eso la primero que conviene decir es lo que nos recuerda san
Pablo en su epístola a los Romanos, “la victoria de Cristo sobre la muerte,
excluye de la perspectiva cristiana toda derrota definitiva”.
Un año más, y el segundo en este lugar de
tan hondo significado y significación, bajo el Arco de la Victoria, porque hay
lugares vacíos, pero hay otros que lo dicen todo, nos volvemos a reunir a la
llamada de la Historia, que como clarín nos convoca entorno a esta fecha. Esta
fecha de España, una de las más significativas, solemnes y determinantes de
nuestra Historia, que como gran acontecer jalona todo el siglo XX, y por eso
también una fecha de Europa por lo que supuso la derrota del comunismo, la ideología
perversa, en el campo de batalla, que frena su expansión hacia Europa, hacia la
civilización cristiana.
Esta fecha tiene tres significados. Los dos
primeros están ahí, en el acontecer de nuestra historia, y por eso los
conocemos todos, incluso ellos, la canalla, que es por lo que combaten esta
fecha. El primero, la Victoria, el final de la nuestra Guerra de Liberación, Cruzada
como la definió el magisterio infalible de la Iglesia por el propósito que
sustentó el bando rojo: destrozar España en su cultura, en sus valores y sus
ideas. De ahí lo prioritario: aniquilar la fe en Cristo y destruir su Iglesia.
Que fue la razón primera y fundamental que llevó a nuestros familiares, amigos
y compatriotas al combate.
El segundo, el comienzo de la Paz, estado donde
todo lo bueno es posible, iniciándose un proyecto constructor de desarrollo
material al servicio del bien común, al que nuestro Caudillo imprimió un alto
concepto de misión histórica de carácter religioso, siendo la defensa del
Catolicismo una cuestión prioritaria, que fue lo que hizo que la reconciliación
fuera una realidad muy poco tiempo después de terminada la guerra. Un proceso
de paz y prosperidad que prescindiendo de decir lo que ya sabemos, resumo diciendo
que nos situó, veinticinco años después, en el octavo puesto en desarrollo del
mundo. ¿Qué más se le puede pedir a una Victoria?
Pero junto a estas dos significaciones hay
una tercera que no se nos puede pasar. Esta fecha tiene también la significación
de la Unidad de los hombres y de las tierras de España, que es lo que nos hizo superar
la guerra, haciendo prospera espiritual y materialmente a la nación; cuestión
que hoy es prioritaria desde esa consideración de lo que es España, no otra cosa
que lo que dijo José Antonio: “Una unidad de destino en lo universal”.
Que no es sólo la mejor definición que se ha dado de lo que es la patria, sino
una exacta y cabal definición de lo que es una comunidad política, que no está
ante el mundo como una realidad, porque envejecería, sino como una posibilidad
abierta al futuro.
Unidad entre los hombres y las tierras de
España, que el Caudillo Franco en su Testamento nos pidió conservar por encima
de intereses personales, intereses que sí se oponen a esa Unidad son siempre intereses
bastardos. Por eso esta fecha en su tercer significado cobra hoy importancia
fundamental por la protesta que a la Unidad de España se hace. De ahí la
necesidad de vertebrar la nación, todas sus energías, a fin de hacer frente al
reto des-civilizador que se pretende con el separatismo y la invasión
extranjera.
Siendo así, entonces, que la Unidad
Nacional debe ser la idea fuerza como gran compromiso frente al Estado de las
Autonomías, que propicia la algarada, hoy principalmente en Cataluña, y que en
Vascongadas se necesita acallar favoreciendo a esta región económicamente por
encima del resto, con el llamado “cupo”; y al fin de las fronteras, que
propicia la imposición de los movimientos migratorios.
Porque la Unidad son los valores frente a
lo efímero, a la apariencia y al vacío que representa este sistema, que ya ni
siquiera puede sostener a sus jubilados. Un régimen, el del 78, sin límites en
lo que refiere a la deconstrucción del orden social, que ha generado una crisis
cultural que ha puesto en valor la cultura de la muerte, asesinando anualmente
a miles de niños en los vientres de sus madres, porque no importa si hay niño o
no, lo que importa es cumplir la ley. Y que ha terminado construyendo una
ingeniería antropológica, anti-natural y aberrante, la ideología de género. De
ahí la necesidad de establecer unos nuevos principios, los tenga o no claros el
Tribunal Político Constitucional, que es lo primero que habría que suprimir.
Unos principios al servicio de un Proyecto Nacional, donde la persona tenga la consideración
de lo que es, una criatura de Dios, y la corrupción de este sistema, con su
implacable positivismo jurídico, sea subvertida por el verdadero orden que
tiene a Dios como la fuente de toda legitimidad.
Finalmente, tampoco podemos dejar de hablar
de la ofensiva que se le hace a esta fecha, que como perfectamente observamos
no tiene otra pretensión que el cambio cultural del que hemos hablado. Una
ofensiva que además intenta legislarse, siendo así que no sólo eliminarán la
libertad de expresión que ellos mismos reclaman para ofender los sentimientos
más sagrados del hombre y aupar a todo tipo de asesinos a la palestra de la
dignidad, sino la verdad histórica y hasta la libertad de cátedra. Cono lo que
en pocos años millones de españoles serán como ellos: gentuza de cloaca.
Y frente a esto, que se ampara en la
legalidad con iniciativas legislativas, tampoco podemos descartar la voluntad
de provocación, ya sea en las manifestaciones callejeras o en el terreno de la
comunicación. Agitación que devuelve a la izquierda su espíritu cainita,
revanchista y, sobre todo, a su mitomanía de cambiarlo todo, la toma de las conciencias; como lo fue en el
pasado, y en el terreno político, la toma del poder por medios violentos. En
definitiva, y en ambos casos, la reinvención del pueblo como sujeto subversivo
y justiciero.
Ahora bien, lo que más nos interesaría
resaltar hoy y aquí, es que si hoy este lugar y otros de muchos de España estuvieran
llenos de los que seguimos honrando esta fecha, es posible que no se diesen los
riesgos que la canalla soez está asumiendo. Riesgos, sobre todo, desde la
intención que tienen de desenterrar a nuestros muertos, con sus sucias manos.
No quiero terminar este parlamento sin
deciros, que es un honor compartir esta fecha con vosotros… ¡Que
sigan los demás con sus festines!
¡Feliz
Pascua de Resurrección y Feliz Día de la Victoria!
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