La Marcha por la Vida 2018 en Madrid estuvo muy concurrida. Participaron miles de personas de todas las edades, desde bebés y muchos niños, adolescentes y jóvenes, familias enteras, padres y abuelos. Faltó el clero, que al ser domingo, estaría muy ocupado en ofrecer numerosas misas para reparar este crimen tan horrendo del aborto, al que se junta la eutanasia, la manipulación genética, la fabricación, almacenamiento y eliminación de embriones y la violencia general en toda la sociedad, que parece cebarse cada vez más en los niños.
Entre los participantes hubo algunas personas conocidas, como Jaime Mayor Oreja y Rocío Monasterio.
La marcha discurrió por la calle Serrano, desde Diego de León a la Puerta de Alcalá, unos dos kilómetros de recorrido con un día primaveral espléndido.
Al final hubo varios testimonios de madres que tuvieron a sus hijos en condiciones muy difíciles y se leyó un manifiesto defendiendo la vida.
Al final hubo una suelta de globos masiva y actuaciones musicales donde sonó la “sinfonía de la vida”, compuesta por el violonchelista Pedro Alfaro y el pianista Carlos Criado. La música
de Borja y Nacho, del grupo los Hermanos Martínez, cerró el acto.
Interpretaron «Que viva la vida», una canción compuesta en exclusiva
para esta jornada. Los beneficios que genere esta canción se destinarán a
organizaciones de ayuda a la mujer embarazada.
Por su parte, el Movimiento Católico Español y Acción Juvenil Española, tras asistir a Misa, se concentraron en la puerta de los jesuitas.
Luis Losada, uno de los organizadores, fotografía nuestra pancarta, sin alusiones partidistas. Nos saludó luego, como también pudimos conversar con el dirigente de Abogados Cristianos, Javier María Pérez Roldán.
Se formó un bloque patriótico al final de la marcha, donde también figuraban Aes, Fe-Jons y Democracia Nacional.
Fueron muchas las estampas familiares, como este carrito de bebé tuneado para la ocasión y con una de nuestras pegatinas.
El Jefe Nacional, José Luis Corral, sale poco en las fotos porque muchas veces se encarga de hacerlas, pero aquí fue pillado "in fraganti". Por cierto, se repartieron cientos de calendarios y pegatinas con gran éxito, sobre todo entre los jóvenes.
No podemos dejar de reseñar, siquiera sea brevemente, la Misa en los Jesuitas. Homilía inteligente y bien preparada del sacerdote. La noticia y la certeza de la Resurrección cambia la vida de los Apóstoles y la nuestra. Pero ¿en qué momento nos encontramos cada uno? ¿Estamos todavía encerrados por miedo a los judíos de nuestro tiempo? ¿Estamos todavía sorprendidos y sin saber reaccionar? ¿Nos hemos decidido ya a salir a la calle y contar la Resurrección, celebrar la Pascua?
Notable asistencia en la misa de 11, más de la mitad en un templo de gran cabida. Posiblemente influyera la cita por la vida.
Además de los restos de San Francisco de Borja que fueron calcinados en el incendio provocado por las turbas rojas el 11 de mayo del 31, aquel de la calle la Flor que dio comienzo a la persecución religiosa que terminaría con la Victoria, está el cuerpo de San José María Rubio en el deambulatorio del patio interior.
Como el Padre Huidobro en la entrada principal. Capellán legionario, caído en el frente, en la Cuesta de las Perdices, llamada Avenida Padre Huidobro, donde existe un monolito en su recuerdo.
Fuera, una placa sigue recordando a Don Luis Carrero Blanco, Presidente del Gobierno asesinado por ETA el 20 de diciembre de 1973, junto a sus acompañantes del coche oficial, que voló hasta superar la techumbre y cayó en una terraza del patio interior.
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