Medinaceli. Ciudad del Cielo. Donde vino a morir Almanzor, el terrible caudillo musulmán que asoló toda la Península, azote de los cristianos hasta que fue derrotado en Calatañazor en 1002 y expiró en esta ciudad.
Mucho más reciente es este precioso monumento al Sagrado Corazón de Jesús, de 1949, etapa del glorioso Régimen nacionalcatólico nacido de la Victoria en la Cruzada de Liberación Nacional de 1936 a 1939, al que nuestras banderas tributan homenaje volviendo de la conmemoración de la Gesta de Alcubierre.
El gran escritor americano Ezra Pound, tiene también un recuerdo en esta villa. El genial literato, reconocido universalmente, se instaló en Italia y se identificó con la Italia de Mussolini, a la que glorificaba desde las emisoras de radio. Cuando llegó la "liberación" que arrasó Montecassino y tantos lugares sagrados, que desató a los perros rabiosos del comunismo con licencia para matar al mismísimo Duce y a cientos de miles de sospechosos de fascismo, el poeta fue encerrado en un manicomio hasta su muerte.
Entre águilas ducales llegamos al pie de la Colegiata, la mayor de las 11 iglesias que tuvo la villa.
La vieja construcción gótica está ennoblecida y realzada con el potente altar barroco dorado, guarnecido por una impresionante verja.
Los escudos ducales muestran bien claramente quienes alzaron, engrandecieron y protegieron este templo.
Hoy en día se encuentra bastante deteriorado, con un área cerrada por los desprendimientos, que pueden observarse también en el techado que cubre el coro.
La Plaza Mayor es un buen arquetipo de arquitectura castellana e imperial al mismo tiempo.
La ruta imperial continuó al convento de las clarisas, dedicado a Santa Isabel. Y a su iglesia, dedicada a San Martín. La Potencia Orante del Pueblo de Dios. El último que queda de los cuatro que hubo.
La salida terminó por la Ermita del Humilladero.
Dejando atrás el imponente y milenario castillo.
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