En la imagen, los protagonistas más relevantes del acto, el Doctor Jesús Poveda, Luis Losada y el Presidente, Ignacio Arsuaga, durante la lectura del manifiesto final, en la Plaza de Cibeles de Madrid.
La manifestación partió de la Plaza de Neptuno, rodeando el Monumento a los Héroes del 2 de Mayo por la Plaza de la Lealtad. Precedidos por el autobús de la campaña, la primera pancarta rezaba "Sí a la libertad de expresión. No al adoctrinamiento". Bastante equívoco, a nuestro juicio.
La segunda pancarta llevaba los eslóganes prohibidos por supuestamente "incitar al odio".
Muchos cientos de personas en un día soleado, incluso caluroso. Pese a la actual desmovilización y desmotivación de la ciudadanía, desorientada y confusa.
Por nuestra parte, sin hacer una adhesión oficial, quisimos estar presentes a título personal. Una bandera sufientemente patriótica y suficientemente confesional, que nos sirvió para citar a nuestros amigos. Primero en el Paseo del Prado.
Y luego en el transcurso de la manifestación.
A la altura de La Bolsa nos encontramos a bastantes amigos, como el General Blas Piñar y el Coronel Gabriel Díez, Juan Pablo de la Iglesia y camaradas de Falange como Nacho Larrea, de Democracia Nacional como Luis Mateos, Javier Pérez-Roldán de Abogados Cristianos y de Unidos por la Vida, como Pilar Gutiérrez. También tuvimos ocasión de dar numerosos calendarios patrióticos, sobre todo a gente joven, que también la había.
A la altura de Cibeles nos encontramos algunos raritos que querían dar la nota, contenidos por la policía. A algunos ya los habíamos identificado antes.
Pero la buena gente siguió tranquilamente para colmar la plaza, ante el Ayuntamiento, antigua Casa de Correos o Palacio de Telecomunicaciones.
Allí las banderas al viento saludaron efusivamente al viejo Escudo con el Águila Bicéfala, que preside todo el edificio.
Las fotos dan buena idea de los cientos de concentrados, quizá algunos miles.
También contribuían al colorido las banderas españolas que suelen rodear la fuente de Cibeles.
Tras los discursos de Jesús Poveda, Ignacio Arsuaga y Luis Losada, intervino una persona transexual, que explicó cómo tuvo que hacer frente a sus problemas médicos sin ninguna ayuda, sino más bien la oposición del lobby LGTB.
Una escritora explicó cómo no le es posible hablar en muchos sitios por la violencia y la imposición de la dictadura de género.
Por último, se leyó el manifiesto final, reclamando el fin de la imposición, animando a luchar contra el adoctrinamiento en una ideología artificial y falsa, así como a defender el derecho y el deber de los padres a educar a sus hijos en conformidad con sus convicciones y creencias morales y religiosas.
Organizados, eficientes, dijeron llegar directamente a 750.000 españoles, los convocantes han demostrado capacidad de movilización, de lucha y compromiso.
Pero debemos hacer algunos reparos, como su aconfesionalidad, sin referencia a la Ley de Dios y a la salvación de las almas, su enfeudamiento a la Democracia, la nueva religión, a la que rindieron pleitesía reiteradamente. En vez de desafiar abierta y claramente a los malvados, quieren hacerse perdonar y que les dejen un hueco. Alzan Tronos a las Premisas y Cadalsos a las Conclusiones. Su desmedida alabanza de la Libertad de Expresión, sin ninguna restricción, la cancioncilla de "Libertad sin ira" del comienzo de la Democracia en España.. Y por último, un panfleto muy bien argumentado en su interior pero con una composición de muy mal gusto, parodiando la inocencia de unos niños que saludaban al Caudillo, sustituido por una bandera arco iris del lobby gay. Eso es no saber diferenciar el bien del mal.
Pueden verse las fotos en grande pinchando sobre ellas.
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