En el Cementerio de los Mártires de Aravaca se han celebrado honras fúnebres y homenajes a los 800 asesinados en este lugar por las hordas marxistas, algunos de los cuales han sido ya beatificados por la Iglesia. Por eso, el cementerio es ya un santuario y es el propio párroco el que se encarga de decir la Santa Misa.
Entre los aquí enterrados están los dos Ramiros, Maeztu y Ledesma Ramos. No hay que olvidar tampoco que tras las tapias hay otros doscientos republicanos fusilados por los suyos por indisciplina y negarse a combatir en la sierra cuando se lo ordenaban. Pero esos no interesan a nadie, porque no sirven para acusar a Franco y a los nacionales.
Primero se celebró un Víacrucis, dirigido por una Hermana de la Caridad, en las 14 estaciones grabadas en los muros del camposanto.
Después entraron los celebrantes procesionalmente, con cruz alzada.
La carpa fue insuficiente para albergar a cuantos acudieron.
Pero el día fue muy bueno y el recinto se llenó de mucha gente, muchos de ellos niños, pues en esta zona abundan las familias numerosas y fueron muchos, advertidos por el párroco, los que quisieron asistir. Nunca habíamos visto tanto público desde que asistimos como cronista a este acto.
Después de la Misa, La Falange realizó un sencillo acto de recuerdo y homenaje. Manuel Andrino recitó la Oración de los Caídos.
A continuación se ofrendaron en el altar, al pie de la cruz, las 5 rosas simbólicas.
Tomó la palabra luego Fernando Maqueda, que pronunció un fogoso discurso, llamando a la lucha y al compromiso.
El joven orador criticó a la alcaldesa que quiere quitar los nombres a gloriosos caídos y héroes de la Patria, como los de la División Azul y a Millán Astray, pero lo que importa es que nosotros les homenajeemos con nuestra vida, siguiendo el ejemplo que nos dieron.
Por último, Carlos Batres dirigió unas palabras de agradecimiento a la Hermandad y a su Presidente por facilitar el acto y guardar con tanto esmero este sagrado recinto.
El "Cara al sol" puso un digno colofón al evento.
Al final, una foto de las camisas azules ante el Sagrado Altar Patrio.
