Discurso 12 Octubre
2016
Compatriotas españoles:
En este lugar
privilegiado llevamos ya bastantes años izando la bandera de España y
defendiendo su unidad, su integridad, su identidad y su independencia.
En este monte sacro,
donde fueron martirizados tantos buenos españoles, como también en los montes
que se alzan enfrente vuestro y detrás de mí.
En una Jornada que
pudiera ser la última si se cumplen los siniestros planes de los enemigos de la
Patria, que han convocado un referéndum ilegal para independizar este trozo de
España, separándola del resto de las regiones a las que ha estado unida
geográficamente desde la formación de los continentes e histórica y
políticamente desde hace 2.500 años.
Aquellos íberos del
Levante recibieron las colonias griegas, fenicias y cartaginesas al mismo
tiempo, por el mismo Mar Mediterráneo. La Hispania Citerior, luego
Tarraconense, ya tenía acomodo en una Hispania unificada políticamente por el
Imperio Romano, aunque todavía no independiente. Lo fue con los visigodos, que
tuvieron capital en Tolosa, luego en Barcelona y al fin en Toledo.
Así pues, Hispania,
España, es anterior a sus regiones. Es una realidad, un sustrato primero que se
mantiene hasta el día de hoy. Que manos traidoras quieren romper.
Cataluña, que no
existía ni como concepto ni como realidad política hasta bien entrada la Edad
Media, sufrió la misma invasión musulmana que el resto de la Península, no fue
sino la Marca Hispánica de la Reconquista, luego un conjunto de condados
independientes que no se unificaron sino bajo la Corona de Aragón. Que la
cuatribarrada no es otra cosa que la bandera de la Corona de Aragón.
Nunca, jamás, Cataluña
fue independiente. Quieren determinados políticos que lo sea ahora, esgrimiendo
unos derechos históricos inexistentes, que sólo prueban lo contrario, el
derecho de Cataluña a ser parte integral y fundamental de España.
Para conseguir su
propósito llevan 40 años de terrorismo institucionalizado, haciendo la vida
imposible a los demás.
Consiguieron el exilio
masivo del profesorado a principios de los años 80, sustituido por otro
profesorado afín a sus aviesas intenciones, mientras los políticos centralistas
les regalaban graciosamente la Educación para que pudieran engañar, manipular y
utilizar a niños y jóvenes, que han sido engañados sobre nuestra historia y
nuestra realidad.
Llevan 40 años robando
mientras señalan con el dedo a España y gritan “Al ladrón, al ladrón”.
Llevan 40 años haciendo
la vida imposible a los demás, presionando, multando, poniendo mordazas a los
españoles que no renuncian a serlo. Y son muchos los que han emigrado.
Llevan 40 años
favoreciendo una inmigración de musulmanes para crear una base social que no se
identifique con España. Favor que les pagarán, de cumplirse sus malvados
planes, con la yihad y con el burka, poniéndoles genuflexos y con la frente en
tierra de cara a La Meca, ya que no quisieron reconocer al Sol que viene de lo
alto desde Jerusalén y Roma.
Todo para mutilarnos a
los catalanes y al resto de los españoles. Para robarnos a todos. Porque de
todos es cuanto ampara nuestra geografía Patria. La Patria es el Patrimonio que nos han legado nuestros antepasados. Y nuestros antepasados no nos han legado una colección de microestados independientes, sino una Patria común, de todos y para todos.
Montjuich es igual de
mío que de cualquier catalán. Y tanto derecho tiene un catalán como yo a
sentirse dueño de Compostela y de Madrid, de Sevilla o de Asturias. De Menorca
a La Gomera, De Creus a Finisterre, de Machichaco a Tarifa, la misma tierra
española, con los mismos Pirineos que nos separan de Francia, con el mismo mar,
con la misma religión, las mismas costumbres, la misma historia, el mismo sol que
marca la misma hora, los mismos apellidos, la misma sangre, la misma cultura.
Todo nos une. Sólo nos
separa la ambición de los políticos.
Los que quieren poner
fronteras y barreras, romper la unidad en un tiempo en el que toda Europa
camina a una mayor cooperación, los que arriesgan el bienestar de todos y la
paz, los que ocultan que esos caminos conducen a la guerra. Sí, a la guerra. A
la confrontación bélica, al odio, a la división familiar, al rompimiento de
tantas cosas buenas que venimos compartiendo y que quedarían definitivamente
rotas, heridas por el odio, el resentimiento y la frustración.
Esos son unos
criminales. Criminales de lesa patria, culpables de sedición y de traición,
merecedores de los más severos castigos.
El Estado Español debe intervenir
ya. Debe ilegalizar a las entidades separatistas, suspender la autonomía y
privar de la nacionalidad española a cuantos alardean de no ser españoles,
privándoles de sus derechos políticos.
Y si las instituciones
políticas son incapaces de cumplir con su deber, debe ser el Ejército Español
quien cumpla su deber patriótico, reconocido además constitucionalmente, de
asegurar la unidad, la integridad, la independencia y la soberanía de nuestra
Patria.
Y nosotros ofrecemos al
Ejército Español el ímpetu de nuestras juventudes para defender a la Patria.
Mientras, continuaremos
luchando incansables, alertando a todos los españoles sobre el grave deber que
tienen de organizarse, alistarse y luchar para impedir que España se rompa.
Luchar con la presencia física en los actos, con la militancia, con su dinero,
con su oración, con su participación entusiasta.
No es una opción, es
una obligación moral ineludible. En esta hora crucial todos debemos cumplir
nuestro deber.
Que nos ayude la Virgen
María, Reina de Cielos y Tierra, que nos visitó en Zaragoza dejándonos El
Pilar, que veneramos como Moreneta, Almudena y Macarena y con mil títulos en
todos y cada uno de los pueblos de España. Y la inmensa legión de santos y
mártires de nuestra historia patria.
Compatriotas: