La gran basílica de San Antonio de los Italianos, mandada construir y financiada por el Duce de Italia, Benito Mussolini, para guardar los restos mortales de los italianos de ambos bandos caídos en la Guerra de España, en su gran mayoría fascistas del Cuerpo de Tropas Voluntarias, ha acogido una solemne ceremonia como es tradicional el día de los Fieles Difuntos, 2 de Noviembre.
A la misma han asistido las representaciones de ANCIS (Asociación Nacional de Combatientes Italianos en España), y de La Falange de Aragón, con sus banderas oficiales.
También hubo una representación oficial encabezada por el Embajador de Italia en España, acompañado del Cónsul en Zaragoza y representaciones de los Ejércitos italiano y español, que depositaron una corona de laurel en el mausoleo.
Por su parte, la representación civil y política hizo una plantación simbólica de un laurel en los jardines.
Para encaminarse después al mausoleo, donde colocarían sendas coronas de ANCIS y La Falange. El coro que había solemnizado la Misa cantó el Himno de Italia, mientras que el resto de asistentes cantó el "Cara al sol".
La imponente torre alberga los cuerpos de casi 5.000 italianos, impresionante tributo de sangre para la Nueva España.
Al final, la comunidad franciscana ofreció un ágape a cuantos quisieron participar, donde confraternizaron en camaradería italianos y españoles de distintas formaciones políticas o sin adscripción concreta. También hubo una representación del MCE y AJE, encabezada por el Jefe Nacional, José Luis Corral.
Juan Carlos Gentile, en perfecto español, hizo un breve discurso recordando la entrañable hermandad de Italia y España que se manifestó también en el campo de batalla y que continúa con la lucha política por mantener encendidos los ideales de quienes sucumbieron en defensa de la civilización occidental y cristiana. Un brindis y el Himno de la Legión pusieron punto final a la jornada.