En buena parte ha sido por la muerte de Blas Piñar, que ha removido muchas conciencias y ha hecho aflorar recuerdos entrañables e ideales que nunca murieron del todo.
También es la situación deplorable que vive España, en riesgo de desmembración y hundiéndose como el Titanic. Y la dramática realidad de una generación de jóvenes en paro por culpa de una democracia corrupta, ineficaz, asocial, anticristiana y vendepatrias.
No queda otro remedio que alistarse en el ejército de salvación, poner manos a la obra de reconstrucción nacional y gritar más fuerte que nunca:
¡ ARRIBA ESPAÑA !
¡ VIVA CRISTO REY !
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