Por fin la marcha llegó al Paseo de la Castellana
para ser reconducida por el boulevard central, sin obstaculizar el tráfico, lo que no impidió que cientos de automovilistas la vieran, sumándose a veces con el sonido del claxon.Como es habitual en este tipo de marchas, predominó la jovialidad y la espontaneidad, con un alegre multicolorido de banderines y globos.
Tampoco faltaron niños, casi siempre con muchos hermanos, familias numerosas que acudieron en tropel.
Ni las banderas representativas de diversas naciones y territorios, como esta de Bretaña.
Tampoco podían faltar las del Movimiento Católico Español, que destacaban por su altura y colorido.Así ser hermanaron en alegre compaña las banderas de naciones tan cristianas como España y Francia.
Para terminar, varios discursos breves, finalizando con el de Ignacio Arsuaga, dirigente de Hazte Oír, la organización que difundió el evento.
No hay comentarios:
Publicar un comentario