"La España en Marcha" ha organizado una cena para recibir a los camaradas de otras naciones que acuden a las celebraciones del 20-N en memoria de Franco y José Antonio. Los salones quedaron abarrotados y hubo quien no pudo asistir por tal motivo.
En una mesa sin alardes presidenciales, compartiendo mesa y mantel con los demás camaradas, sólo que juntos para hablar de lo que es necesario, los líderes de "La España en Marcha" con los representantes italiano y francés, Padre Tam e Yvan Benedetti. En primer plano, Eduardo Arias y Pedro Pablo Peña. Al fondo, Luis Mateos y José Luis Corral. A través del espejo se puede ver al resto.
Hizo las presentaciones Manuel Andrino, que agradeció a todos el esfuerzo de venir, sobre todo a quienes llegan de más lejos.
Pronunciaron sendos discursos Yvan Benedetti y el Padre Giulio María Tam, que además tradujo al primero.
Yvan Benedetti, Presidente de "L'Oeuvre Française", paracaidista, electo consejero municipal y regional por el Frente Nacional hasta que fue excluido por mantenerse fiel a la linea fundacional del partido fundado por Jean Marie Le Pen, alterado sustancialmente por su hija Marine.
Benedetti explicó que la situación en Francia está a medio camino entre las de España y Grecia. Hay una persecución intensa, con cientos de detenidos, multados y acosados. Se quiere prohibier "L'Oeuvre Française", así como sus símbolos y sus ideas, pero aquí estamos en Madrid, con símbolos y banderas.
Todo porque los amos del mundo, los demócratas que han generado toda esta corrupción y han esclavizado a los pueblos no pueden consentir que nadie les critique ni denuncie, que nadie ponga en riesgo su inmenso poder.
El Padre Tam reivindicó el fascismo y la figura de Mussolini, del que el Romano Pontífice dijo palabras elogiosas como no se han dicho de ningún otro político.
El Padre Tam criticó tanto el liberalismo como el marxismo y dijo que tenemos que unirnos para combatirlos. Pero que ello no es posible sin la ayuda de Dios. Hay que reconocerle, simplemente viendo la naturaleza, que no puede ser obra de una fuerza sin inteligencia, del azar. Hay que defender los valores tradicionales, la Patria, la familia, el trabajo, frente a tantas aberraciones como hoy se manifiestan: aborto, matrimonio homosexual, adoción homosexual de niños, ateísmo, drogas, etc. Y hay que rezar, porque el poder de la oración es inmenso. Hay que recurrir al Santo Rosario y desgranar las 50 Avemarías cada día.
Luego vinieron los cantos, franceses, italianos y españoles, con gran animación y brazos en alto.