martes, 3 de abril de 2018

Discurso de Pablo Gasco el 1º de Abril



Celebración
1 de Abril de 2018
Pablo Gasco de la Rocha
Coincide honrar esta fecha al unísono con la celebración de la Pascua de Resurrección del Señor, y por eso la primero que conviene decir es lo que nos recuerda san Pablo en su epístola a los Romanos, “la victoria de Cristo sobre la muerte, excluye de la perspectiva cristiana toda derrota definitiva”.

    Un año más, y el segundo en este lugar de tan hondo significado y significación, bajo el Arco de la Victoria, porque hay lugares vacíos, pero hay otros que lo dicen todo, nos volvemos a reunir a la llamada de la Historia, que como clarín nos convoca entorno a esta fecha. Esta fecha de España, una de las más significativas, solemnes y determinantes de nuestra Historia, que como gran acontecer jalona todo el siglo XX, y por eso también una fecha de Europa por lo que supuso la derrota del comunismo, la ideología perversa, en el campo de batalla, que frena su expansión hacia Europa, hacia la civilización cristiana.
    Esta fecha tiene tres significados. Los dos primeros están ahí, en el acontecer de nuestra historia, y por eso los conocemos todos, incluso ellos, la canalla, que es por lo que combaten esta fecha. El primero, la Victoria, el final de la nuestra Guerra de Liberación, Cruzada como la definió el magisterio infalible de la Iglesia por el propósito que sustentó el bando rojo: destrozar España en su cultura, en sus valores y sus ideas. De ahí lo prioritario: aniquilar la fe en Cristo y destruir su Iglesia. Que fue la razón primera y fundamental que llevó a nuestros familiares, amigos y compatriotas al combate.
    El segundo, el comienzo de la Paz, estado donde todo lo bueno es posible, iniciándose un proyecto constructor de desarrollo material al servicio del bien común, al que nuestro Caudillo imprimió un alto concepto de misión histórica de carácter religioso, siendo la defensa del Catolicismo una cuestión prioritaria, que fue lo que hizo que la reconciliación fuera una realidad muy poco tiempo después de terminada la guerra. Un proceso de paz y prosperidad que prescindiendo de decir lo que ya sabemos, resumo diciendo que nos situó, veinticinco años después, en el octavo puesto en desarrollo del mundo. ¿Qué más se le puede pedir a una Victoria?     
    Pero junto a estas dos significaciones hay una tercera que no se nos puede pasar. Esta fecha tiene también la significación de la Unidad de los hombres y de las tierras de España, que es lo que nos hizo superar la guerra, haciendo prospera espiritual y materialmente a la nación; cuestión que hoy es prioritaria desde esa consideración de lo que es España, no otra cosa que lo que dijo José Antonio: “Una unidad de destino en lo universal”. Que no es sólo la mejor definición que se ha dado de lo que es la patria, sino una exacta y cabal definición de lo que es una comunidad política, que no está ante el mundo como una realidad, porque envejecería, sino como una posibilidad abierta al futuro.
    Unidad entre los hombres y las tierras de España, que el Caudillo Franco en su Testamento nos pidió conservar por encima de intereses personales, intereses que sí se oponen a esa Unidad son siempre intereses bastardos. Por eso esta fecha en su tercer significado cobra hoy importancia fundamental por la protesta que a la Unidad de España se hace. De ahí la necesidad de vertebrar la nación, todas sus energías, a fin de hacer frente al reto des-civilizador que se pretende con el separatismo y la invasión extranjera.
    Siendo así, entonces, que la Unidad Nacional debe ser la idea fuerza como gran compromiso frente al Estado de las Autonomías, que propicia la algarada, hoy principalmente en Cataluña, y que en Vascongadas se necesita acallar favoreciendo a esta región económicamente por encima del resto, con el llamado “cupo”; y al fin de las fronteras, que propicia la imposición de los movimientos migratorios.
    Porque la Unidad son los valores frente a lo efímero, a la apariencia y al vacío que representa este sistema, que ya ni siquiera puede sostener a sus jubilados. Un régimen, el del 78, sin límites en lo que refiere a la deconstrucción del orden social, que ha generado una crisis cultural que ha puesto en valor la cultura de la muerte, asesinando anualmente a miles de niños en los vientres de sus madres, porque no importa si hay niño o no, lo que importa es cumplir la ley. Y que ha terminado construyendo una ingeniería antropológica, anti-natural y aberrante, la ideología de género. De ahí la necesidad de establecer unos nuevos principios, los tenga o no claros el Tribunal Político Constitucional, que es lo primero que habría que suprimir. Unos principios al servicio de un Proyecto Nacional, donde la persona tenga la consideración de lo que es, una criatura de Dios, y la corrupción de este sistema, con su implacable positivismo jurídico, sea subvertida por el verdadero orden que tiene a Dios como la fuente de toda legitimidad.
    Finalmente, tampoco podemos dejar de hablar de la ofensiva que se le hace a esta fecha, que como perfectamente observamos no tiene otra pretensión que el cambio cultural del que hemos hablado. Una ofensiva que además intenta legislarse, siendo así que no sólo eliminarán la libertad de expresión que ellos mismos reclaman para ofender los sentimientos más sagrados del hombre y aupar a todo tipo de asesinos a la palestra de la dignidad, sino la verdad histórica y hasta la libertad de cátedra. Cono lo que en pocos años millones de españoles serán como ellos: gentuza de cloaca.
    Y frente a esto, que se ampara en la legalidad con iniciativas legislativas, tampoco podemos descartar la voluntad de provocación, ya sea en las manifestaciones callejeras o en el terreno de la comunicación. Agitación que devuelve a la izquierda su espíritu cainita, revanchista y, sobre todo, a su mitomanía de cambiarlo todo, la  toma de las conciencias; como lo fue en el pasado, y en el terreno político, la toma del poder por medios violentos. En definitiva, y en ambos casos, la reinvención del pueblo como sujeto subversivo y justiciero.
    Ahora bien, lo que más nos interesaría resaltar hoy y aquí, es que si hoy este lugar y otros de muchos de España estuvieran llenos de los que seguimos honrando esta fecha, es posible que no se diesen los riesgos que la canalla soez está asumiendo. Riesgos, sobre todo, desde la intención que tienen de desenterrar a nuestros muertos, con sus sucias manos.
    No quiero terminar este parlamento sin deciros, que es un honor compartir esta fecha con vosotros… ¡Que sigan los demás con sus festines!

¡Feliz Pascua de Resurrección y Feliz Día de la Victoria!

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