El tradicional acto de recuerdo y homenaje a los Caídos de La Garrofa, que fueron asesinados en este lugar, sin juicio y sin causa, arrastrados al mar, ha tenido lugar otro año más, recrecido en cuanto al número de asistentes, el más masivo desde hace muchos años. En vez de apagarse, el recuerdo de aquellos españoles inocentes que dieron su vida en aras de Dios y de España, a manos de bandas de forajidos amparados por el sedicente poder republicano, se agiganta cada día, a porfía de mendaces Leyes de Memoria Histórica y de salvajes demoliciones y mutilaciones de los monumentos que recuerdan aquellas fechorías, cometidas bajo las mismas siglas políticas y sindicales que ahora pretenden que se olvide lo que hicieron.
La Jornada se inició al mediodía, con la ascensión al montículo donde fueron fusilados los mártires y donde se yerguen los restos del monumento que los recuerda.
El acto propiamente dicho comenzó con un responso dicho por Fray Job, Fundador de los Misioneros Eucarísticos de la Esperanza. Después, se colocaron las cinco rosas simbólicas mientras se cantaba el "Yo tenía un camarada".
Siguió en el uso de la palabra un representante de Falange Española de las JONS, que recordó los hechos acaecidos y nombró a cada uno de los caídos en este lugar. Son una pequeña parte de los cientos de asesinados en la provincia, comenzando por el Obispo de la Diócesis y el de Guadix.
Hubo que recoger las banderas, que flameaban impetuosas al compás del fuerte viento, produciendo un estruendo considerable cuando permanecían en alto. Así pudo oírse el verbo preciso de Juan León Cordón, Presidente de Fuerza Nueva Andalucía, que recordó los ideales que nos mueven y la necesidad de defenderlos y propagarlos con una militancia comprometida y sacrificada. Puso como ejemplo a José María Caballero, nuestro entrañable camarada que nos acompañó tantas veces en este lugar y que todavía el año pasado llegó hasta aquí haciendo un esfuerzo sobrehumano, siendo su último acto de servicio patriótico.
Habló después José Luis Corral, Fundador y Jefe Nacional del Movimiento Católico Español y de Acción Juvenil Española.
El viento lo forman las alas de los ángeles, que nos acompañan en este evento, junto a los 113.178 caídos de nuestra Cruzada, como los de la División Azul, los que lucharon contra el maquis, las víctimas del terrorismo y tantos camaradas que nos precedieron y que ya no se encuentran físicamente entre nosotros.
Ellos están presentes, no de forma poética, sino espiritual, real, misteriosa, silenciosa. Por eso el grito de ¡ Presentes ! es tan simbólico y real.
El Patriotismo hay que vivirlo y practicarlo. Asistiendo, cantando, ondeando banderas, tocando físicamente los lugares sagrados donde los nuestros dieron la vida. Al hacerlo, no nos quedamos en un recuerdo estéril, sino en un aliciente, porque apreciamos por qué lucharon, por una Patria, por una Justicia Social, por una moral cristiana. Y con su sacrificio consiguieron engrandecer nuestra Patria. Y cuando su Sacrificio fue dilapidado, traicionado y perjurado por quienes más obligados estaban a defenderlo, volvieron los viejos demonios a destruir la convivencia, a amenazar nuestra misma existencia como Nación, como Pueblo y como Civilización. Claro que somos sensibles al drama que viven nuestros compatriotas. Pero además, denunciamos dónde está el mal y cuál es el remedio, no otro que nuestros principios de Tradición y Nacional-Sindicalismo, de Fé Católica y amor a la Patria, por los que murieron nuestros Caídos.
El bello espectáculo de las banderas patrias ondeando frente al "Mare Nóstrum" queda recogido para que puedan gozarlo quienes estuvieron y quienes no pudieron estar.
Verdaderamente, parece que los Mártires, los Caídos, nos aglutinan, nos dan fuerzas, nos hacen superar divisiones mezquinas y nos elevan espiritualmente. Quien participa no puede olvidarlo. Y los Himnos: Oriamendi, Cara al Sol, Himno Nacional con la letra de Pemán....
Al final, la clásica foto en torno al monumento, donde no se cabía. La piña de la unidad. Hubo también miembros de la asociación Almería 1489, In Memoriam Juan Ignacio y Fuerza Nacional.
La jornada se prolongó en una amena y grata comida de hermandad, donde cada uno de los presentes intervino al final para presentarse y dar su mensaje, cerrando Juan León y José Luis Corral.
Las banderas patrias presidieron la cena, que terminó con el "Cara al sol". La jornada se prolongó por parte de algunos hasta la noche. Es tan agradable poder disfrutar de la buena compañía de los camaradas que las horas se hacen minutos.