Fuerza Nueva Andalucía, Movimiento Católico Español y La Falange han celebrado unos actos en el pueblo granadino de Turón, testigo de uno de los más crueles martirios vividos durante la Guerra Civil de 1936 a 1939. No hay que confundir este Turón con el pueblo asturiano del mismo nombre, en el cual también hubo mártires.
Al fondo, las Alpujarras, por las cuales trabajaron como esclavos y murieron estos mártires de Turón, que debían subir con pesadas cargas La Cuesta de la Amargura, entre 3 y 4 kilómetros de empinada pendiente para construir una carretera entre este pueblo y Murtas.
La Jornada comenzó en el pueblo almeriense de Berja, concentrándose allí los que acudieron de diversas poblaciones y provincias, teniendo como punto de referencia el bar de un amigo.
Una caravana de coches con banderas nacionales se puso en marcha entre la expectación del vecindario.
Ya en Turón se ascendió a la Ermita de San Marcos, donde se yergue la Cruz de los Caidos de la localidad.
En primer lugar se depositó una corona de flores en la citada Cruz, mientras se cantaba el "Yo tenía un camarada".
Cruz modesta, pero significativa, a la que han privado de sus elementos significativos los talibanes democráticos, pese a la identificación de la gente del pueblo con su Cruz.
Francisco Chacón, camarada falangista, habló de nuestros ideales y de la triste situación que padece España, abocada al desastre por un sistema autonómico costoso y separador y por unos políticos despilfarradores que nos han endeudado.
Juan León Cordón recordó los ideales que nos llevaron a la Victoria que recordamos este día y en este lugar, a todos nuestros Caídos y a nuestro Caudillo, así como a José Antonio y también a Blas Piñar, que nos lideró tanto tiempo tras la muerte del Caudillo.
José Luis Corral se centró en el relato de aquellos hechos horrorosos, de los más crueles y sádicos que se vivieron en la guerra, tras unas primeras muertes al comienzo del Alzamiento Nacional, como en tantos otros pueblos. Aquí lo particular es que se estableció un campo de trabajo con una expedición de 301 presos primero y 205 después, de la fábrica del Ingenio en Almería, habilitada como prisión. Era ya mayo del 38, cuando se llevaban dos años de guerra, tras la sangrienta represión del 36 en los barcos prisión, en La Garrofa, el Barranco del Chisme, los pozos de Tabernas, las carreteras de Málaga y de Murcia, el Cementerio y otros lugares de la provincia. Estos eran presos de "poca monta", por decirlo vulgarmente, no especialmente significativos. Católicos, eso sí, algunos militares retirados, empleados... y algunos presos comunes, entre los que salieron varios capataces de confianza de los exterminadores. No eran naturales de Turón, sino de las provincias de Almería y Granada en su mayoría.
Sin agua ni comida, sin poder hacer sus necesidades, hasta que fueron alojados en la iglesia parroquial, convertida en prisión. Castigos, palizas, palos y maltratos de continuo, cuando desfallecían eran ultimados a tiros o a palos. Yacen por docenas cerca de la carretera que construían, ignorándose los nombres de muchos de ellos. Aquí sí tendrían trabajo los excavadores de fosas, aunque a esos sólo les interesan determinados muertos.
Porque la ley de memoria histórica no se ha hecho para recuperar la memoria, sino para borrar la memoria de los crímenes socialistas, comunistas y anarquistas. Primero los mataron y ahora quieren que no quede ni rastro de ellos. Afortunadamente la Iglesia va beatificando a muchos y en los templos queda el piadoso testimonio.
Y nosotros, que no seremos dignos de una España mejor si los olvidáramos, si no siguiéramos su ejemplo, si no mantuviéramos sus ideales. Por eso levantamos las mismas banderas y cantamos los mismos himnos y nos juntamos en camaradería con ardiente espíritu patriótico.
Fueron cantados "Oriamentid", "Cara al sol" y el "Himno Nacional" con la letra de Pemán.
También asistió gente del pueblo, algunos de ellos descendientes de los protagonistas de los sucesos, como el cronista que lo contó en un libro llamado "Los mártires de Turón", escrito por Alfonso Zamora y que se puede leer íntegro en internet: http://myslide.es/documents/libro-martires-de-turon.html
Ya en la Iglesia Parroquial, tras cantar una Salve a la Virgen se depositaron otras flores ante la lápida que recuerda a los miembros de Acción Católica y otros señalados cristianos.
Posteriormente se celebró una comida de hermandad, en un ambiente de fraternidad y camaradería.
Hubo ocasión para que intervinieran todos los presentes. Llamó la atención la intervención del Alcalde de Yátor, que se ha negado reiteradamente a quitar la Cruz de los Caídos de su pueblo, aunque se lo pida el partido por el que se presentó, el PP: