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Con la solemnidad acostumbrada, han tenido lugar los actos fúnebres en honor de los casi 5.000 caídos italianos de la guerra civil española, cuyos restos se hallan custodiados en este Sagrario Militar, mandado construir por Mussolini en 1940. Las banderas de España, Italia y La Falange escoltaron el Santo Sacrificio desde un lateral. En primera fila, las autoridades civiles y militares italianas y españolas que presiden el evento. Celebró la Santa Misa un sacerdote de la comunidad franciscana que administra este lugar.
Tras la ceremonia, marcharon las coronas de laurel y las banderas desde el Altar Mayor al Sagrario militar, osario donde están los sepulcros de los miles de caídos.
La función fue solemnizada por un coro bien conjuntado. Kyries, Ave María, Sanctus y Agnus Dei en latín.
Numeroso público llenó la amplia nave de la basílica.
Ya en el Sagrario Militar, en forma de torre, se depositaron las coronas escoltadas por las banderas. Tras un responso, se interpretó el Himno italiano. Luego, espontáneo, sonó vibrante el "Cara al sol".
Hubo también un ágape fraterno que permitió el coloquio y el conocimiento mutuo entre los asistentes.
Pronunció un discurso y un brindis Juan Carlos Gentile, Secretario de la Asociación Nacional de Combatientes Italianos en España.
También se impuso una medalla de ANCIS al camarada Alberto Torresano, que aparece en la foto junto a Juan Carlos Gentile y Francisco José Rodríguez Velasco, entre otros.
La Falange zaragozana tuvo a bien obsequiar con un vino regional adornado con un pañuelo maño típico y el emblema del yugo y las flechas a los camaradas de ANCIS.
