España exorciza sus demonios con aplausos.

 España sale a los balcones y aplaude en homenaje a los sanitarios y a cuantos luchan en primera línea contra el terrible enemigo del coronavirus. Injustamente confinados por un gobierno totalitario, los españoles todavía no han detectado al verdadero enemigo, pero lo intuyen. Sus aplausos son un inmenso grito de libertad, de convivencia, de vecindad, un saludo, una afirmación de vida y de voluntad.

Muchos cuestionan esta actitud como impropia de un momento de luto, pero es lo que espontáneamente ha querido el pueblo. Y en estas circunstancias, estamos con nuestro pueblo.

Pero los aplausos no vienen solos. Comienza a florecer una primavera de banderas en los balcones. Y comienzan a oírse otras cosas, canciones, himnos, saetas.... Es la voz del pueblo español.

El Himno Nacional y la Bandera de España se hacen notar en una primavera de ciudades y pueblos con sus calles y parques vacíos, cuando el virus no se transmite por la mirada ni el sonido ni a distancia, sino por proximidad y contacto.

Y el "Cara al sol" también se deja oír por valientes que tienen redaños en exhibir banderas, cantar a viva voz, saludar y gritar contra la tiranía.

 Mientras, la muerte espera a la puerta. En silencio, con las calles vacías.