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jueves, 20 de julio de 2017

Caídos del Cuartel de la Montaña ¡¡¡PRESENTES!!!

 81 años después, un nutrido puñado de patriotas ha recordado a los Caídos del Cuartel de la Montaña, que quisieron salvar a España y encontraron gloriosa muerte al ser asesinados cuando se rindieron. Fue la primera gran matanza de la Guerra Civil. El orden de las cosas importa mucho, porque unas son las causas y otras las consecuencias. No hay que confundirlas.

Con la escultura de un cadáver mutilado que recuerda a quienes aquí cayeron, presentó el acto Begoña del Arco.
 En primer lugar se leyó la Oración a los Caídos de Sánchez Mazas, inolvidable texto y elegía fúnebre.
 Entre los asistentes, algunos conocidos como Carlos Pérez de Tudela en primer plano. El General Blas Piñar, el Coronel Gabriel Díaz, José Luis Jerez, José Luis Corral, Mari Carmen Palomares, Alberto Acebes, etc.

 Tomó la palabra Jesús Muñoz, con su habitual desparpajo y estilo directo, haciendo "fotografías" de la actualidad reciente y comentándolas. No quedó títere con cabeza, desde el anciano emérito a Leticio I, sin olvidar a la fauna política actual.
 Al poco de iniciada su intervención se ocasionó un revuelo, a causa de los modos intempestivos de un agente policial, al que se vieron obligados a secundar sus compañeros, pretendiendo nada menos que detener al Jefe de La Falange, Manuel Andrino. No lo consiguieron.
 El acto continuó con toda normalidad, mientras se iba sumando gente a los que sus quehaceres y el tráfico infernal impidieron llegar antes.
 Los brazos en alto respondieron a los gritos rituales del final del discurso de Jesús Muñoz.
 Tomó la palabra Manuel Andrino, Jefe Nacional de La Falange, que repasó someramente los sangrientos sucesos de aquellos días del verano del 36, el asesinato de Calvo Sotelo por fuerzas gubernamentales, hecho que desencadenó el Alzamiento, la matanza inicua de quienes se habían rendido y estaban indefensos y desarmados, las matanzas de religiosos que convierten a Madrid en la ciudad con más mártires del mundo, más de 400 beatificados ya, así como la malvada Ley de Memoria Histórica que pretende que todo esto no se sepa, se olvide, se borre. Aquí estamos nosotros para recordarlo año tras año.
 Por fin, Carlos Batres, Presidente de la Hermandad de la Vieja Guardia, entidad organizadora del acto, dio las gracias a todos, recordó a los Caídos y comenzó el "Cara al sol".

 En el crepúsculo madrileño, banderas, brazos en alto y el canto del himno político más bello, pusieron un digno colofón al aniversario.


Sobre el espacio de lo que fue el Cuartel de la Montaña se erige hoy el Templo de Debod, rescatado de las aguas del Nilo como otros muchos cuando se construyó la presa de Assuán y regalado por el gobierno egipcio al gobierno del Caudillo como agradecimiento.
Un templo y unas aguas que imponen respeto, que están en consonancia con la gran tragedia que aquí tuvo lugar hace 81 años, el 19 y el 20 de Julio de 1936.

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